Pobres con voz propia: un abrazo que lo cambió todo

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Nathalie, responsable de Cáritas de la parroquia de Zarzaquemada (Leganés)

La de Nathalie es la historia de muchos, pero, como ella misma dice, “gracias a Dios”, con final feliz. Llegó a España procedente de Venezuela en 2017, junto a su marido y sus dos hijos. “En aquel momento todo era incertidumbre y cambios. Habíamos dejado atrás nuestro país, nuestra historia y a nuestros seres queridos. Aunque veníamos con esperanza, también veníamos con miedo. Nos sentíamos solos y desorientados, sin saber cómo comenzar una nueva vida aquí”, recuerda. Leganés, en la diócesis de Getafe, les acogió y una de sus parroquias se convirtió en su nuevo refugio y hogar. En la parroquia de su barrio se ofreció como voluntaria, al tiempo que “buscaba orientación” pero, sobre todo, reconoce, “buscando compañía y pertenencia”. “Llegar a un país nuevo sin conocer a nadie es muy duro, y sentía el deseo de conectar y de integrarme. Cáritas me abrió las puertas y me tendió una mano desde el primer día”, confiesa.



Acogida y escucha

Nathalie, que nos atiende precisamente desde el despacho parroquial de Cáritas, apunta: “Recibí algo muy grande: cariño, acogida y escucha”. “Me acompañaron, me orientaron, me formaron y, sobre todo, me brindaron cercanía humana. En Cáritas encontré personas muy especiales, como Loli, que con su amor y dedicación me ayudaron a integrarme, a encontrar empleo y a recuperar la confianza para seguir adelante”. Gracias a Cáritas diocesana de Getafe no le faltó de nada. Tenía como alimentar a su familia y se sentía querida. “Fui acogida cuando lo necesitaba y quise ser instrumento de esa misma acogida para otros”, así que “ser voluntaria en Cáritas es mi forma de agradecérselo a la Iglesia”. “Ayudar me llena el corazón y me recuerda que todos podemos ser parte viva de la Iglesia”, pero “a veces solo necesitamos ser escuchados o que alguien nos mire con una sonrisa y nos diga: ‘Todo estará bien’”, asegura.

Nathalie, responsable de Cáritas de la parroquia de Zarzaquemada (Leganés)

Nathalie, responsable de Cáritas de la parroquia de Zarzaquemada (Leganés)

Con el paso del tiempo, su situación se ha ido estabilizando: “Tengo trabajo, mi familia está bien y seguimos viviendo en Leganés”. Igual de importante es que “ya no me siento sola: ahora nos sentimos acompañados y seguimos luchando cada día con mucha fe y gratitud”. De hecho, ahora “nos sentimos arraigados en este lugar”. La ayuda que ha recibido de la Iglesia fue “un abrazo y un ‘todo irá bien’ en un momento de gran dificultad”. Así, ella hace hincapié en que “recibí apoyo y amor” porque, además, “Dios, a través de Cáritas, me enseñó que la fe se vive y que nadie debe sentirse solo”. “Hoy miro hacia atrás con gratitud y doy gracias a Dios por haber puesto a Cáritas en mi camino”, añade. “Saber que tenemos un Dios inquebrantable me da seguridad, valor, fuerza y amor. ¡Esta es nuestra Iglesia!”, subraya con energía.

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