Con una carta enviada a la sra. presidente del Senado de la Nación, dra. Victoria Villarruel, y en nombre de todos los obispos, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina reiteró su preocupación ante la problemática de la ludopatía que afecta especialmente a los chicos, adolescentes y jóvenes.
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Recordaron que, en otras oportunidades, ya señalaron la falta de regulaciones y de controles adecuados, lo que permitió en la práctica que cada celular inteligente se convirtiera en “casino”.
Daño social
Además, en julio del año pasado, la comisiones de pastoral social de las diócesis de todo el país, habían advertido sobre esta realidad que no discrimina clase social ni región geográfica: “Hay muchos motivos que nos llevan a preocuparnos, porque estamos viendo el daño social que se está ocasionando”, remarcaron.
Los obispos de la Ejecutiva indicaron que, ante la posibilidad de que el proyecto de ley de prevención de la ludopatía (ya cuenta con media sanción de la Honorable Cámara de Diputados desde noviembre del 2024) pierda estado parlamentario, “queremos expresar, con respeto y firmeza, la importancia de que esta iniciativa sea debatida y aprobada”.
Creen que este paso es necesario para la protección de las personas vulnerables, especialmente los jóvenes, y un avance concreto en la defensa del bien común.
Conociendo las fuertes presiones que ejercen los intereses económicos detrás de este negocio, y ante la reciente presentación del pbro. Munir Bracco, del clero de la arquidiócesis de Córdoba, los prelados refiriendo sus palabras: “La apuesta deportiva es todo lo contrario a lo que propone el deporte. Por eso insistimos: apostar no es jugar, no hablamos de juego. Jugar es otra cosa”.
“Así como en su momento señalamos que ante al flagelo de las drogas y del narcotráfico el Estado es insustituible, lo reiteramos ante esta otra adicción que atraviesa edades y clases sociales: si el Estado se corre o demora su respuesta, los daños serán cada vez más profundos y difíciles de revertir”, reafirmaron los miembros de la Comisión Ejecutiva.
Voluntad política
Consideraron que el tratamiento de esta ley no puede demorarse más. Y agregaron que dejarla caer, sin que haya sido debatida, sería un gesto elocuente de desinterés e indiferencia ante un problema que afecta gravemente a miles de familias. Además, opinan que la sociedad necesita ver que sus representantes están dispuestos a dar una respuesta responsable, más allá de presiones o conveniencias.
La Comisión Ejecutiva manifestó que la cuestión de fondo ya no pasa por reconocer los evidentes daños de la ludopatía, sino por saber si existe la voluntad política de dar este paso necesario para cuidar a los más vulnerables. Aludieron, entonces, la libro “La esperanza no defrauda nunca”, del papa Francisco, en el que expuso: “Nuestros gobiernos no pueden ser cómplices de instigación a la ludopatía”.
Para concluir, pidieron que la Virgen de Luján, Madre del pueblo argentino, acompañe a los que deben tomar decisiones en favor del bien común y cuide con ternura a los que hoy están heridos o vulnerables.