Peter Paul Oros, un beato por la paz en Ucrania

El sacerdote clandestino fue asesinado por el régimen soviético en 1953

Beatificación de Peter Paul Oros en Ucrania

El 28 de agosto de 1953, pocas horas después de celebrar clandestinamente la eucaristía, el régimen soviético ruso golpeó a la Iglesia ucraniana al acabar con la vida de Peter Paul Oros, sacerdote de rito bizantino de origen húngaro, aunque incardinado en la Eparquía de Mukachevo. Solo tenía 36 años.



Tras reconocer Francisco en 2022 que había entregado la vida como un “mártir”, su beatificación debía haber tenido lugar pocos meses después, pero la invasión de Ucrania por Rusia retrasó en diversas ocasiones la ceremonia. Hasta que al fin tuvo lugar el este 27 de septiembre en la localidad ucraniana de Bilky.

En un mundo desgarrado

Presidida en nombre del Papa por el cardenal polaco Grzegorz Ryś, arzobispo de Łódź, en su homilía, recogida por Vatican News, este destacó que, “en el mundo de hoy, desgarrado por terribles guerras, dividido como nunca antes y en el que el hombre ha perdido la capacidad de encontrarse en profundidad y sufre una terrible soledad, necesitamos personas de verdadero encuentro y comunión”.

Un anhelo que encarnó plenamente Oros, quien fue “un mártir para quien la cruz no era solo la muerte, sino la vida entera”. Lo que reflejaba el hecho de que “sus rodillas estaban duras como suelas a fuerza de rezar”. Así, simbólicamente, “murió de rodillas”, mientras llevaba escondido el Santísimo Sacramento a casa de un enfermo impedido.

Con los pobres

En este sentido, estamos ante un cura que “no enseñaba con la palabra escrita”, sino que testimoniaba su fe directamente “con la vida, con el ejemplo”. De hecho, cuando, tras ser asesinado, las autoridades eclesiales acudieron a la rectoría donde vivía, allí “no había más que una mesa muy sencilla y algunas sillas”. De modo que no solo predicaba en favor de los más desfavorecidos, sino que “era pobre porque daba y daba porque sabía ser pobre”.

Beatificación de Peter Paul Oros en Ucrania

Beatificación de Peter Paul Oros en Ucrania

Elevando su mirada a la oscura hora actual del pueblo ucraniano, víctima de la invasión rusa y de un conflicto que no deja de cobrarse víctimas inocentes, Ryś deseó a los fieles que no pierdan la esperanza y que sigan el ejemplo de Oros, reclamando también su intercesión como beato: “Vosotros, que sufrís la agresión y la guerra desde hace muchos años; vosotros, que habéis perdido no solo vuestras casas y vuestras posesiones, sino también lo que no tiene precio, es decir, vuestra vida y la salud, es obvio que tenéis derecho a esperar ayuda y apoyo de todos”.

Misericordia

Aunque hay un reto que debe trascenderles: “Precisamente hoy, en circunstancias tan dramáticas, cuando tenéis todo el derecho a pensar primero en vosotros mismos, el beato Peter Paul os dice: ‘¡Sed misericordiosos!’”.

Ese mismo domingo, al presidir el ángelus en san Pedro, León XIV invocó “la intercesión” del nuevo beato “para que conceda al pueblo ucraniano la capacidad de perseverar con fortaleza en la fe y en la esperanza a pesar de la tragedia de la guerra”.

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