Ana Almarza: “Me entristece la resistencia de la Iglesia a vernos como iguales”

La religiosa adoratriz Ana Almarza

Más consciente cada día de todas esas mujeres que la “configuran como mujer”, la “enriquecen como creyente” y la “fidelizan” en su vocación adoratriz a lo largo del camino recorrido, Ana Almarza Cuadrado ha querido dar voz a muchas de ellas en ‘La mujer de al lado. La cotidianidad, lugar de encuentro’ (PPC), el testimonio coral de una vida forjada en el acompañamiento y el servicio.



PREGUNTA.- ¿Se asume desde otra perspectiva la situación de la mujer en la Iglesia habiendo trabajado tanto tiempo en contextos de marginalidad?

RESPUESTA.- A mí me ha configurado como mujer creyente ser adoratriz y haber estado muchos años compartiendo mi vida con mujeres a las que casi todo lo que les ha pasado ha sido justamente por ser mujer: tener menos posibilidades formativas, pobreza, injusticias, desigualdades, violaciones, agresiones, múltiples violencias, caer en redes de trata y prostitución…

Esto, muchas veces, me ha roto por dentro, pero siempre me ha fortalecido e impulsado para trabajar por la igualdad, la justicia, acompañar a restablecer su vida, vivir con libertad la identidad de mujer sin complejos, sin culpas y desarrollar todas las capacidades. Aunque no hace falta vivir en contexto de marginalidad para darnos cuenta de las grandes desigualdades e injusticias estructurales y culturales que vivimos las mujeres. Es más, no hace falta ni ser mujer para darse cuenta de ello, basta con abrir los ojos.

Vidas compartidas

P.- ¿Cuántas mujeres hay en Ana Almarza? ¿En qué medida la han configurado todas las que se ha encontrado en su camino?

R.- No sabría decir. Son muchas, muchísimas, no soy capaz de hacer un cálculo aproximado. Muchas aparecen en el libro, pero muchísimas más son las que me configuran y me enriquecen constantemente. Cada una me ha ido configurando dependiendo de mi momento, me ha aportado lo que necesitaba. Caer en la cuenta de las mujeres que han abierto nuevas posibilidades en la sociedad y en la Iglesia, tantas santas, todas las mujeres bíblicas, mujeres que me he encontrado a lo largo de los años, mujeres con distintas creencias, visiones, hermanas con las que comparto vocación. Y tantas y tantas con las que he compartido la vida en distintos proyectos por los que he ido pasando y con las que he recorrido mi propio camino y acompañado el suyo…

La Mujer De Al Lado

P.- ¿Cómo vive su vocación al servicio de mujeres explotadas?

R.- Como adoratriz, es la esencia carismática y vocacional, no se puede vivir de otra manera. Santa María Micaela lo vivió así y fundó la congregación desde esta vivencia. Vivir el encuentro con Jesús en la Eucaristía y estar al servicio de las mujeres explotadas por la prostitución, haciendo con ellas, juntas, caminos de liberación. “Solo he vivido por Dios y para ellas”, que diría nuestra fundadora.

Mucho camino por recorrer

P.- ¿Se hará realidad al fin el diaconado femenino?

R.- Sí, aunque queda mucho camino por recorrer hasta que las mujeres ocupemos el lugar que nos corresponde en la Iglesia y desarrollemos todos los ministerios a los que somos llamadas por Jesús. Él llama a su seguimiento a hombres y a mujeres sin distinción, me entristece la resistencia que hay en la Iglesia a vernos como hermanas, como iguales.

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