El cardenal George Jacob Koovakad, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, intervino en la apertura del 8º Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales, sobre el ‘Diálogo entre religiones: sinergia para el futuro’, que se celebra en Astana, capital de Kazajistán. En su intervención hizo un llamamiento a los líderes espirituales del mundo a recordar la “responsabilidad” común de las religiones difundiendo que la relación con Dios y la fraternidad salvan a la humanidad.
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Por ello, la colaboración entre las religiones del mundo no es opcional, sino “indispensable”, defendió según recogen los medios vaticanos. Algo que es más necesario que nunca en este “momento crucial” en el que se puede caer “fácilmente” en la “sensación de desesperanza” ante tantos “conflictos, guerras, violencia, destrucción, batallas comerciales y desastres naturales”. Unos “tiempos oscuros” en los que el “multiculturalismo se ha debilitado” y las “organizaciones globales han sido silenciadas”.
Un signo de esperanza
Para el purpurado las religiones las religiones están “para reflexionar sobre nuestra responsabilidad común: cambiar el curso de la historia de la violencia a la paz; llevar esperanza a un mundo desesperado; salvaguardar el medio ambiente”. Por ello subrayó tres factores “esenciales para la construcción de la paz y la cooperación interreligiosa”. “Nuestras tradiciones religiosas han generado culturas y civilizaciones, defendiendo al mismo tiempo los derechos y el respeto de la dignidad humana y de la Tierra”, añadió.
“No nos salvamos solos, estamos interconectados y somos interdependientes”, reiteró Koovakad, destacando que “nuestras religiones nos enseñan que somos una sola familia humana, hermanos y hermanas unos para otros”, añadió citando la encíclica ‘Fratelli tutti’ del papa Francisco. y es que para el cardenal el mero hecho de estar juntos en el congreso de Astana “es un signo de esperanza”.