El sacerdote operario diocesano congoleño, Emmanuel Lwamba Bilonda, recogió ayer el VII Premio de Ensayo Teológico Joven PPC, por su obra ‘El perfil de Jesús en las redes sociales. Club de fans o comunidad de discípulos’. El acto, que tuvo lugar en la Librería Paulinas de Madrid sirvió también de presentación del libro.
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El rector del aspirantado Maison don Manuel que la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos tiene en Lubumbashi recibió el galardón de manos del presidente de SM y PPC, José Manuel Cidad. El libro fue presentado por Carmen Márquez, profesora del Departamento de Teología de la Universidad Pontificia Comillas y miembro del Consejo Editorial de Vida Nueva; así como por Pedro Miguel García Fraile, director general de PPC.
Además, el evento estuvo respaldado, entre otros, por el obispo de Ávila, Jesús Rico García; el director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, Florencio Abajo Núñez; y el director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para Seminarios, Florentino Pérez.
¿Tendría un perfil?
“De haber pasado su vida terrena entre nosotros en esta época, ¿tendría Jesús un perfil en Instagram, Facebook, Twitter, Tiktok, Snapchat…?”, se pregunta nada más comenzar el escrito seleccionado por unanimidad por el jurado tanto por la creatividad a la hora de escoger el tema, la centralidad del mensaje de Jesús, como por las nuevas vías de reflexión que ofrece en materia de pastoral vocacional con la mirada puesta en los jóvenes de hoy.
Lwamba Bilonda describió como “una alegría y un honor” haber sido reconocido por el premio y admitió que desconocía “el impacto” del premio en el ámbito eclesial y mediático.
Voz de denuncia
Su agradecimiento se tornó en denuncia al recordar cómo no existirían las redes sociales ni los dispositivos electrónicos sin las materias primas necesarias que se extraen de su país, República Democrática del Congo. “Hoy pienso en toda la población del noreste del Congo que sufre para que tengamos estos dispositivos. Les pido que al usarlos pensemos siempre en las mujeres violadas y en los niños obligados a trabajar en las minas de coltán para proveer las industrias tecnológicas”, enunció el autor, que fue más allá: “Pensemos en los más de diez millones de fallecidos para que la transmisión tecnológica se haga realidad”.
Ante el auditorio congregado en la Librería Paulinas, desveló que la idea de su ensayo nació preparando la homilía de la fiesta de la Epifanía, en aquella estrella de Oriente que siguieron los Magos y en esas otras estrellas que siguen hoy los jóvenes. “Fue entonces cuando empecé a investigar de qué manera Jesús continúa siendo aquel que alumbra, Él que es la verdadera luz del mundo”, remarcó el sacerdote.
Arriesgada y necesaria
Por su parte, Carmen Márquez puso en valor cómo se trata de una obra “tan arriesgada y osada como necesaria”. “Implica adentrarse en el difícil campo de la transmisión de la fe y de seguimiento a Jesús entre las nuevas generación”, remarcó la investigadora y docente.
“Si queremos embarcarnos de la pastoral juvenil, no solo nos tenemos que adentrar en las redes porque están allí, sino porque esas redes están configurando de una manera determinante su ser y hacer”, ahondó la profesora de Comillas, en tanto que eso también influye y determina cómo ser cristiano hoy.
Los rostros de Jesús
En su intervención, el director general de PPC, Pedro Miguel García Fraile, se detuvo en destacar como acercarse al perfil de Jesús va mucho más de quedarse en la superficialidad de los perfiles de las redes social para abordar “los rostros de Jesús, los Jesús de la historia, de la fe y de los evangelios”. A par, destacó cómo la obra es una llamada a la Iglesia hoy a la hora de valorar si se promueven “fans o seguidores”.
En paralelo, subrayó cómo el Premio de Ensayo Teológico Joven PPC se ha consolidado como un referente con sus siete ediciones, con una visión internacional, en tanto que han sido reconocidos cuatro autores españoles, dos africanos y un argentino. De ellos, cuatro son laicos y tres sacerdotes; dos mujeres y cinco hombres. Además, desveló cómo en cada edición se reciben una media de veinte manuscritos de los que tres se someten a la valoración y el dictamen final del jurado.