El papa León XIV se ha sumado a la Semana Ecuménica de Estocolmo a través de un mensaje en el que pide a sus participantes que sea “artífices de la reconciliación” ya que “la paz no es meramente un logro humano, sino un signo de la presencia del Señor entre nosotros”. Una cita que celebra el centenario de la Conferencia Cristiana Universal sobre la Vida y el Trabajo de 1925 que se reunión en la misma ciudad y el 1700 aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea, un concilio que “fue un valiente signo de unidad en la diferencia, un primer testimonio de la convicción de que nuestra confesión común puede superar la división y promover la comunión”.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Comunión práctica
León XIV destaca en su mensaje “las profundas cicatrices del conflicto, la desigualdad, la degradación medioambiental y un creciente sentido de desconexión espiritual” que hay en el mundo. Una situación ante la que los cristianos están llamados “a afrontar la división con valentía, la indiferencia con compasión y a llevar la sanación donde ha habido heridas”. Por eso pidió “no esperar a que hubiera consenso en todos los puntos de la teología, sino a unirse en un ‘cristianismo práctico’ para servir juntos al mundo en la búsqueda de la paz, la justicia y la dignidad humana”.
“Creemos que la unidad que Cristo quiere para su Iglesia debe ser visible, y que dicha unidad crezca a través del diálogo teológico, el culto común cuando sea posible y el testimonio común ante el sufrimiento de la humanidad”, prosigue el Papa en su mensaje. León XIV también muestra su satisfacción por la participación de una delegación propia “como signo del compromiso de la Iglesia católica de continuar el camino de oración y trabajo conjunto, donde sea posible, por la paz, la justicia y el bien de todos”, “Que el Espíritu Santo, que inspiró el Concilio de Nicea y que sigue guiándonos a todos, haga que esta semana vuestra amistad sea más profunda y despierte una nueva esperanza para la unidad que el Señor desea tan ardientemente entre sus seguidores”, concluye el pontífice.