El obispo de Bilbao presenta dos modelos vitales: ¿Egodrama o teodrama?

El obispo de Bilbao, Joseba Segura, presentó hoy el cristianismo como una religión de paz en la misa con motivo de la Fiesta de la Asunción de Nuestra Señora en la Basílica de Begoña de Bilbao que ha presidido esta mañana. Miles de fieles y visitantes se dieron cita en los alrededores e interior del templo en una jornada marcada por una temperatura de casi 40 grados en Bilbao y en la que se cumplen 30 años del tradicional aurresku que se baila en la plaza Juan XXIII, detrás de la basílica.

“El cristiano sabe que la paz y el perdón son el verdadero camino y la única bandera que puede llevar a la victoria”, subrayó el pastor, que criticó a quienes “culpan a la religión de alimentar violencia”. Aunque admitió que “la fe se ha utilizado para servir causas indignas”, subrayó que “no fue la religión la causante” del Holocausto y de las guerras del siglo XX. “De hecho, la violencia se alimentó de ideologías profundamente antirreligiosas. Ahí están Hitler y Stalin”, destacó.

Indiferencia ante la guerra

En este contexto, denunció “los asesinatos cotidianos” en Gaza y “la indiferencia de muchos gobiernos que dicen defender los derechos humanos, pero no hacen nada para acabar con la barbarie”. A la par, condenó la “indiferencia cuando cambiamos de canal para no sentirnos perturbados por el horror”.

Segura pronunció su homilía en una misa en la que participó alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y diversos miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento y la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui. En el marco de la celebración, tuvo que atenderse a una persona que se sintió indispuesta. Además, en el momento de las peticiones, el obispo rezó por un niño fallecido, perteneciente a la comunidad católica china.

Un tiempo extraño

Al analizar el contexto actual, el obispo de Bilbao dejó caer que hoy las personas no son “más felices” y se perciben “síntomas” como “tristeza, soledad, problemas de salud mental, natalidad en mínimos”. De hecho, definió este momento como un “tiempo extraño” en el que “dar la vida ya no es tan querido, ni tan buscado” porque se piensa que “los hijos son caros y la gente tiene incertidumbre económica”.

Así, comentó que “muchos viven en el ‘egodrama’” desde el “yo protagonista, yo director, yo productor, y los demás actores de mi obra”. Frente a este “agujero negro”, presentó el modelo de María: “María sabe que su vida no es suya, y acepta participar en el ‘teodrama’, el proyecto de Dios, una propuesta mucho más grande que la que cabe en nuestras cabezas”. “Sabe que la verdadera libertad nace cuando entregamos nuestra vida, cuando actuamos buscando el bien de los demás, cuando construimos familia y comunidades basadas en el amor, asumiendo los sacrificios que sean necesarios”, destacó el prelado.

Eucaristía en la basílica de Begoña, presidida por Joseba Segura

A la par, hizo un llamamiento a la esperanza frente al mal: “Al final resulta ser una máscara de apariencia y pretensión. Como los Nazgûl de Tolkien en El Señor de los Anillos, cuando finalmente son vencidos, vemos que tras la fachada amenazante son puro artificio, tan solo humo. El mal nunca tiene la última palabra y como se nos ha dicho, ‘las puertas del infierno no prevalecerán'”. Por ello, reclamó “mujeres y hombres sin complejos, que actúen sin miedo a la incomprensión o al rechazo, convencidos de que el amor es más fuerte que la muerte”.