Los obispos de Costa Rica sobre las elecciones de 2026: “oportunidad para renovar la vida pública desde valores auténticos”

Piden al Espíritu Santo que ilumine las conciencias, fortalezca la unidad “y nos guíe hacia decisiones que siembren esperanza para las generaciones presentes y futuras”

Conferencia Episcopal de Costa Rica

Recientemente la Conferencia Episcopal de Costa Rica, encabezada por su presidente el obispo de Limón, Javier Román Arias, llevó a cabo su 130 Asamblea Ordinaria, y al concluirla emitieron un mensaje a la opinión pública, en el que observaron el proceso electoral -rumbo a las elecciones del 1 de febrero de 2026- como una “oportunidad para renovar la vida pública desde valores auténticos” y pidieron al Espíritu Santo que ilumine las conciencias, fortalezca la unidad “y nos guíe hacia decisiones que siembren esperanza para las generaciones presentes y futuras”.



Por otro lado, dejó en claro que la Iglesia no se identifica “con ningún color político. Pero sí tiene principios morales que iluminan el discernimiento y la participación responsable. En ese contexto, animamos a todos los ciudadanos y especialmente a los católicos a informarse bien, a formarse, a dialogar con respeto y a ejercer su derecho al voto con conciencia ética y mirada de país. Exhortamos a todos los actores sociales y políticos a actuar con altura moral, con espíritu de servicio y con profundo respeto por la dignidad de las personas y de las instituciones”.

Asimismo, pidieron a los que aspiran a cargos de elección popular presentar “propuestas claras, viables y respetuosas de la vida humana, de la familia, de los derechos humanos, del trabajo digno, de la justicia social y de la protección del ambiente. Que no se recurra a la manipulación emocional, a la desinformación, a la violencia verbal ni a la polarización”.

Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica. Foto: Conferencia Episcopal de Costa Rica

“Una etapa compleja, marcada por tensiones sociales y crisis institucionales”

Por otro lado, los obispos hicieron un llamado al Pueblo de Dios a “vivir con hondura este año jubilar; profundizando la oración, acudiendo a los sacramentos, peregrinando hacia los templos declarados como jubilares, actuando la caridad y siendo testigos del amor de Cristo en todos los ambientes de la vida. El Jubileo debe impulsarnos a renovar también nuestro compromiso con el país, con sus instituciones, con la democracia, con los más vulnerables, y con la promoción del bien común”.

Desde su punto de vista, “vivimos una etapa compleja, marcada por tensiones sociales, crisis institucionales y desafíos estructurales que afectan profundamente la vida de nuestro pueblo, especialmente de los más vulnerables: la desafección creciente y desconfianza de las instituciones, la polarización y fragmentación política, el deterioro del discurso público, la pérdida de referentes éticos, el desempleo, especialmente de los jóvenes en zonas empobrecidas que son presa fácil del narcotráfico, la exclusión social, la violencia que siega tantas vidas y provoca tanto dolor, la migración forzada, la crisis educativa y el debilitamiento de los vínculos comunitarios son síntomas de una sociedad que clama por sentido, unidad y esperanza”.

Para concluir, los obispos aseguraron que “hay caminos posibles. Hay semillas de esperanza. Hay valores profundos en nuestra historia republicana, en nuestras raíces cristianas, en nuestras tradiciones solidarias. Hay también miles de personas que, silenciosamente, siguen construyendo el bien común desde sus hogares, escuelas, comunidades, campos, instituciones y servicios públicos“.

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