El juicio por el desahucio de Belorado: hora y media de alegatos… y visto para sentencia

  • La jueza de Briviesca reprende al abogado de las ex monjas por convertir la causa en un debate sobre el derecho de asociación y la libertad religiosa
  • El letrado del Arzobispado de Burgos reivindica la propiedad del convento y defiende que Mario Iceta “no es un líder religioso expulsando a unas disidentes”

La ex clarisas de Belorado, en el juzgado de Briviesca

Poco más de hora y media ha durado la vista oral en el que se ha puesto sobre la mesa el posible desahucio de las ex monjas que residen en el convento burgalés de Belorado después de que decidieran separarse (y excomulgarse) de la Iglesia en mayo de 2024. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Briviesca ha sido el escenario en el que se ha expuesto tanto la versión de la antiguas clarisas que defienden que son propietarias del monasterio y la del Arzobispado de Burgos, y por tanto de la Iglesia, que defiende que al dejar de ser monjas y católicas pierden su autoridad como administradoras y, no solo eso, sino que deben abandonar el lugar en el que residen.



Así, el equipo jurídico de la Archidiócesis de Burgos y el arzobispo Mario Iceta como comisario pontificio, se ha remitido en su intervención ante la jueza que lleva el caso, María Paz Benito, a toda la documentación que acredita que la edificio de Belorado es propiedad de la entidad religiosa registrada oficialmente ante el Estado y no de las mujeres que lo reclaman.

No son clarisas

Es más, ha recordado que “ya no son parte ni de la comunidad ni de la orden clarisa” por lo que se presentan como “poseedoras sin título”, de tal manera que “no pueden fabricarse” un documento que las avale. En defensa de Iceta, ha expuesto que “no es un líder religioso expulsando a unas disidentes”. Además, ha evitado que el arzobispo acudiera a los tribunales a través de un apoderado que ha respondido las preguntas que le correspondían. Junto a la petición de desahucio, el letrado ha exigido además que paguen las costas.

Casi una hora de intervención

Por su parte, el abogado de las ex monjas, Florentino Aláez, ha pronunciado un alegato que ha durado casi una hora en el que ha apelado a la libertad religiosa que ampara la Constitución para justificar la titularidad de las monjas, aun cuando no tengan registro alguno donde se recoja que son dueñas del convento.

La ex clarisas de Belorado, en el juzgado de Briviesca

La ex clarisas de Belorado, en el juzgado de Briviesca

Antes de su intervención, Aláez recibió un pequeño revés de la jueza, en tanto que tumbó algunos de las cuestiones prejudiciales que planteó y le advirtió de que el único objeto de la vista oral era demostrar quién era el propietario del monasterio y no un debate sobre el derecho de asociación.

“Es un cobarde”

Mientras esto sucedía en la sala, la expectación en el exterior era grande, después de la convocatoria que el portavoz de las ex monjas, Francisco Canals, había llevado a cabo para que las protagonistas de la jornada atendieran a los periodistas en la puerta del juzgado a modo de ‘photocoll’. Dicho y hecho, desde allí, en torno a las diez menos cuarto de la mañana, hacían su particular alegato en el juicio mediático las ocho ex religiosas que todavía permanecen en Belorado, puesto que hasta tres abandonaron a la lideresa del grupo por estar en desacuerdo con la deriva adoptada.

“No es de mis mejores días, pero estoy sorprendentemente tranquila”, compartía la abadesa defenestrada. “Es un cobarde”, espetaba sor Paloma sobre Mario Iceta por no acudir a la vista, mientras que ella se presentaba “con la conciencia muy tranquila” frente a la “ambición” que dice tener el arzobispo. Sabedoras de que la balanza judicial puede no inclinarse a su favor, sor Sion comentó que plantean varias posibilidades de salida, pero no quiso desvelar cuál sería su destino, “porque eso se decidiría en el capítulo conventual, en la comunidad”.

En cualquier caso, si finalmente la jueza aprueba el desahucio, la fecha de lanzamiento está fijada para el 12 de septiembre. Sin embargo,  las propias inquilinas ya han anunciado que no se irán en esa fecha, porque saben que pueden recurrir la decisión de la magistrada.

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