Diez millones de españoles rezan a diario

Oración dentro de una iglesia

Un estudio reciente del Pew Research Center sobre espiritualidad y religión en 36 países (la mitad de la población mundial), con encuestas realizadas entre 2023 y 2024, detalla que el 56% de los españoles tienen fe; es decir, pertenecen a alguna confesión. En los países del entorno, Polonia está a la cabeza con el 95% y Países Bajos, con un 46%, se encuentra a la cola. De entre las conclusiones de la encuesta, se destaca que solo dos de cada diez españoles rezan diariamente (22%), una cifra alta si se compara con el 8% de Suecia o baja si se tiene en cuenta el 37% de Grecia.



La realidad es que si se atiende al arco europeo mediterráneo, España reza diariamente como Italia, la mitad que Portugal y el doble que Francia. En un país que se seculariza a pasos agigantados, ¿hay que leerlo viendo el vaso medio lleno o medio vacío?

Práctica mayoritaria

“Orar cada día es buscar y experimentar la inmediatez de Dios. Que diez millones de españoles declaren que diariamente consagran un tiempo concreto a la plegaria, posiblemente convierte la oración en la práctica cultural diaria más frecuente del país. Ninguna otra acción cultural alcanza esa dimensión”, afirma con rotundidad Fernando Vidal, director la Cátedra Amoris Laetitia de la Universidad Pontificia Comillas.

Según sus palabras, “la cultura católica está transitando de un formato gregario a que la fe sea vivida como una experiencia viva y activa personal y comunitariamente”. “En tiempos en que las instituciones religiosas impregnaban más la vida cotidiana –recordemos el rezo de las campanas– la oración era una invitación que salía al paso, pero hoy en día es cada persona, familia y grupo el que la encarna en la realidad, y eso requiere no solo activación, emprendimiento y creatividad, sino también profundidad”, agrega.

Manos en oración

Manos en oración. Foto: Unsplash

En opinión de Rafael Ruiz Andrés, profesor de sociología de la Universidad Complutense de Madrid, “aunque normalmente se sostiene que la secularización afecta más a la parte institucional, si entendemos esta como la asistencia a misa, el hecho de que el 80% de los españoles no rece significa que muchos de quienes se siguen declarando católicos viven una vida plenamente secularizada, lo que hace que cueste diferenciarlos de quienes se presentan como no religiosos”. Sin embargo, “queda de manifiesto que todavía son muchos los españoles que rezan diariamente”.

La encuesta del prestigioso ‘think tank’ norteamericano señala que la mitad del país ya no cree en la vida después de la muerte, en concreto, cree en ello el 47%. Un dato que contrasta con la realidad sueca, con un 38%, o con la polaca, que sube hasta el 64%. Pero, ¿se puede alguien considerar católico y no creer en la vida después de la muerte?

“Es posible porque las representaciones arcaicas del imaginario celestial e infernal todavía dominan la mentalidad de la gente respecto a la eternidad, la Resurrección y el Reino de Dios. Existen combinaciones religiosas chocantes y contradictorias porque la formación teológica del creyente medio es muy baja. De ahí que a veces se mantenga a la gente en interpretaciones literalistas de la Biblia, representaciones pintorescas de los misterios y moralismos pueriles, porque hay temor de que no pueda afrontar una comprensión más honda y compleja”, comparte Vidal con ‘Vida Nueva’.

Proceso de cambio

Por su parte, Ruiz Andrés sostiene que, según la doctrina, no se puede ser católico y no creer en la vida eterna, pues, “como dijo san Pablo, ‘si no existe la resurrección, vana es nuestra fe’”. No obstante, la realidad es que es así. “A nivel social, el catolicismo y el ser católico está en un proceso de desdibujamiento y de reconstrucción, y tenemos que atender a esos nuevos significados que la gente dota al ser católico y que lo hacen compatible con creencias e increencias ajenas al catolicismo”, explica.

Por tanto, “aunque desde una lectura normativa se puede acabar diciendo que estos no son católicos, sería una lectura equivocada. Hay mucho más catolicismo más allá del catolicismo, es decir, más allá del catolicismo más institucional, más apegado a la doctrina. Desde luego, es interesante que estas personas quieran llamarse ‘católicas”, subraya.

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