El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, ha denunciado este martes que la situación en la Franja de Gaza “es moralmente inaceptable e injustificable”, después de realizar una visita a la ciudad de Gaza para reunirse con fieles en la única iglesia católica del enclave después de un ataque perpetrado la semana pasada por el Ejército de Israel contra el edificio, que dejó al menos tres muertos.
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“Lo hemos visto. Hombres resistiendo al sol durante horas con la esperanza de una simple comida. Es una humillación difícil de soportar cuando la ves con tus propios ojos. Es moralmente inaceptable e injustificable”, ha manifestado Pizzaballa durante una rueda de prensa en la que ha dicho que tanto él como el patriarca ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III, “vuelven de Gaza con el corazón roto”.
“Entramos en un lugar de devastación, pero también de maravillosa humanidad. Caminamos entre el polvo de las ruinas, edificios derrumbados y tiendas de campaña por todas partes”, ha señalado, antes de resaltar que estas tiendas de campaña “se han convertido en casas para los que lo han perdido todo”. “Estuvimos junto a familias que han perdido la cuenta de los días de exilio porque no ven horizonte para un retorno. Los niños hablaban y jugaban sin pestañear, acostumbrados a los ruidos de los bombardeos”, ha relatado.
Así, ha hecho hincapié en que durante la visita ambos presenciaron “algo más profundo que la destrucción: la dignidad del espíritu humano que se niega a ser extinguido”. “Cristo no está ausente en Gaza. Está allí, crucificado en los heridos, enterrado bajo los escombros y, aún así, presente en cada acto de piedad, en cada vela en la oscuridad, en cada mano extendida a los que sufren”, ha esgrimido Pizzaballa.
Largo camino de sanación
“Es importante enfatizar y repetir que nuestra misión no es para un grupo específico, sino para todos”, ha reseñado. “La ayuda humanitaria no es solo necesaria, es un asunto de vida o muerte. Negarla no es un retraso, sino una sentencia. Cada hora sin comida, agua, medicina y refugio causa un profundo daño”, ha lamentado, en referencia a las duras restricciones israelíes a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
En este sentido, ha expresado su apoyo a las agencias humanitarias que “arriesgan todo para llevar vida a este mar de devastación humana” y ha dicho que “es momento de poner fin a este sinsentido, acabar con la guerra y poner el bien común de la gente como principal prioridad”, según la transcripción de sus declaraciones facilitada por el Patriarcado Latino de Jerusalén.
“Rezamos, y pedimos, por la liberación de todos los privados de libertad, la vuelta de los desaparecidos, los rehenes y la curación de las familias que sufren desde hace mucho en todas partes”, ha sostenido Pizzaballa, quien ha insistido en que “una vez termine la guerra habrá un largo camino por delante para iniciar el proceso de sanación y reconciliación entre los pueblos palestino e israelí”.
De esta forma, ha puntualizado que el conflicto “ha causado muchas heridas en la vida de demasiada gente”, por lo que ha abogado por “una reconciliación auténtica, dolorosa y valiente”. “No olvidar, pero perdonar. No eliminar las heridas, sino convertirlas en sabiduría. Solo ese camino puede hacer posible la paz, no solo a nivel político, sino humano”, ha zanjado.