El Pontificio Instituto Misiones Extranjeras (PIME) elegía ayer a un nuevo superior general: Francesco Rapacioli, quien sustituye a Ferruccio Brambillasca tras dos mandatos. “Quisiera pedir a todos los institutos de vida contemplativa una intercesión, una oración, para que los misioneros del PIME y todos los misioneros ad gentes puedan llevar a cabo su tarea como mandato de la Iglesia y como expresión del soplo del Espíritu Santo”, ha dicho el nuevo superior general en declaraciones recogidas por Vatican News.
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Asimismo, en el día en que se cumplen los dos primeros meses de pontificado del Papa León XIV, Rapacioli reconoce que “evidentemente, estamos muy orgullosos de tener un Papa misionero”. Y es que él mismo, a sus 62 años, carga con una dilatada experiencia misionera en la India y Bangladesh.
“La misión, de hecho, es muy formativa para todos aquellos que están llamados a llevarla a cabo. Por lo tanto, estoy convencido de que sus 20 años de vida, primero como misionero y luego como obispo en Perú, en Sudamérica, han contribuido sin duda a su formación, a su sensibilidad y a su forma de pensar. Su experiencia directa sobre el terreno promoverá una nueva conciencia y una nueva comprensión”, ha señalado.
Misioneros plurales
Ahora, tal como subrayan los medios vaticanos, son muchos los retos que afronta el nuevo superior general del PIME, un instituto que este año celebra el 175 aniversario de su fundación y que cuenta con 400 misioneros en 20 países. “En primer lugar”, dice Rapacioli, “queremos ser misioneros como comunidad plural e internacional, valorizando la riqueza y los antecedentes de nuestros hermanos que provienen de iglesias con historias diferentes”.
“En segundo lugar”, continúa el nuevo Superior General del PIME, “queremos reafirmar nuestro carisma fundamental, que es el de la missio ad gentes. Para nosotros, esto significa dejar nuestro país para dedicarnos a la evangelización en un contexto diferente al nuestro y hacerlo durante toda la vida”.
