La verja que separa España de Gibraltar ha sido derribada. Y no por la fuerza. La “buena política” a la que Francisco apelaba en ‘Fratelli tutti’ ha sido la ‘culpable’ del histórico acuerdo entre el gobierno británico y el español para “evitar un Brexit duro, que habría supuesto un sufrimiento incalculable y dificultades económicas” en el Peñón. Son las palabras de Carmel Zammit, obispo de este enclave situado geográficamente en nuestro país pero perteneciente a Reino Unido.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El pacto cosechado en la Unión Europea se produce tras cuatro reuniones mantenidas entre el ministro de Exteriores, José Manuel Albares; su homólogo, David Lammy; el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, y el comisario europeo responsable de las relaciones con Downing Street, Maros Sefcovic.
“El principal objetivo del acuerdo es garantizar la prosperidad futura de toda la región. Para ello, se eliminarán la totalidad de las barreras físicas, los chequeos y los controles sobre las personas y mercancías que circulen entre España y Gibraltar, preservando al mismo tiempo el espacio Schengen, el mercado único de la UE y la unión aduanera”, señalaron en un comunicado conjunto el 11 de junio. Bajo los términos acordados, el Peñón tendrá la obligación de incrementar poco a poco los impuestos sobre productos como el tabaco, para evitar distorsiones, aunque esto deberá desarrollarse en el texto legal.
El prelado maltés celebra, en esta entrevista con Vida Nueva, el pacto que evita el aislamiento del enclave británico. Además, valora las relaciones Iglesia-Estado tras nueve años en el Peñón y después de haber presentado ya su renuncia por edad.
PREGUNTA.- La Unión Europea, Reino Unido y España alcanzaron el 11 de junio un acuerdo histórico por Gibraltar. ¿Cómo cambiará este acuerdo la vida de los 34.000 gibraltareños, que ya votaron mayoritariamente en contra del Brexit (96%)?
RESPUESTA.- El acuerdo sobre el camino a seguir tras el referéndum de hace ocho años que dio lugar al Brexit, y tras casi cinco años de negociaciones, ha sido bien recibido por la mayoría de los gibraltareños. Es cierto que la mayoría votó en contra del Brexit, pero una vez que se hizo realidad, Gibraltar tuvo que afrontar esta realidad. La fluidez en la frontera con La Línea de la Concepción es bienvenida. Lo contrario a esta fluidez habría sido un desastre tanto para los gibraltareños como para los residentes de las zonas colindantes en España. Las 15.000 personas que cruzan la frontera cada día para trabajar en Gibraltar ahora pueden estar tranquilas sabiendo que su empleo ya no se ve socavado ni amenazado por una frontera rígida. Una frontera abierta y fluida ha eliminado mucho sufrimiento. Los comercios en España también se beneficiarán, ya que, lamentablemente, algunos ya se vieron obligados a cerrar debido a los problemas que provocaron que menos gibraltareños fueran a comprar al otro lado de la frontera. Durante los años de negociaciones, muchos gibraltareños estaban preocupados por el resultado de estas conversaciones, ya que un Brexit duro habría supuesto un sufrimiento incalculable y dificultades económicas. Ahora que se ha alcanzado un acuerdo que beneficia tanto a Gibraltar como a la región circundante, la mayoría de la gente se siente contenta y aliviada. Además, el hecho de que se excluyeran cuestiones de soberanía en este acuerdo es un factor positivo para una relación especial más estrecha, así como para la futura colaboración mutua en la aplicación de las normas de Schengen, incluso en el aeropuerto y el puerto de Gibraltar.
P.- El acuerdo se produce tras un intenso diálogo. ¿Es un ejemplo de la buena política de la que habló el papa Francisco en ‘Fratelli tutti’?
R.- Los gibraltareños y los españoles, por lo que puedo ver, siempre han convivido en armonía. Como en todas partes, las reivindicaciones políticas divergentes crearon dificultades indeseadas para las personas de ambos lados de la frontera, sin socavar nunca los fuertes lazos que les unen. Por eso me alegra que una sólida y decidida buena voluntad política de todas las partes haya garantizado un futuro que respeta la libertad de circulación y la prosperidad compartida para tantas personas en Gibraltar y la zona del Campo de Gibraltar que, al fin y al cabo, están unidas no solo como miembros de la misma familia humana, sino por fuertes lazos familiares y culturales. Esta nueva realidad e hito político, así como los factores sociales sumamente positivos que se derivarán de este acuerdo, están, sin duda, en plena consonancia con la amistad social que promueve ‘Fratelli tutti’ como medio para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con el compromiso de todas las instituciones y personas involucradas. Francisco y el actual papa León XIV siempre han creído firmemente en los beneficios y el profundo valor evangélico del diálogo y la comunión fraterna.

Reino Unido llegan a un histórico acuerdo por Gibraltar
Relaciones Iglesia-Estado
P.- ¿Cómo son actualmente las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno de Gibraltar?
R.- Siempre han existido buenas relaciones, a pesar, por supuesto, de las opiniones divergentes sobre la introducción de ciertas leyes que, para la Iglesia y sus enseñanzas, socavan la vida humana, el matrimonio y la familia. Obviamente, como Iglesia particular, tenemos la mirada puesta firmemente en la salvación de las almas. Por lo tanto, a pesar de esta misión apostólica confiada a la Iglesia por Cristo, con el debido respeto a la legítima autonomía de los laicos y de todos los involucrados en los asuntos seculares, nosotros, como Iglesia, y viceversa, nuestro gobierno, trabajamos con respeto y apoyo mutuo en diversas áreas relacionadas con el bien común de todos.
P.- ¿Y cómo es la relación con diócesis vecinas como la de Cádiz?
R.- Desde mi nombramiento como obispo, siempre he mantenido una excelente relación con Rafael Zornoza, obispo de Cádiz y Ceuta. La relación entre ambas diócesis siempre ha existido, de modo que, gracias a nuestra conexión terrestre, el fuerte apoyo amistoso y mutuo entre ambas Iglesias ha sido siempre una expresión de nuestra comunión y fraternidad en la fe. Siempre que podemos ayudar en alguna situación, lo hacemos. Hubo una época en la que, durante un año entero, colaboramos en la celebración de una misa en inglés todos los sábados por la noche en Pueblo Nuevo. Por otro lado, asisto también a las reuniones de la Conferencia Episcopal Española todos los años y encuentro que los obispos son siempre muy cordiales y acogedores. Cuando sacerdotes españoles visitan Gibraltar, son bienvenidos y saben que siempre encontrarán un hogar aquí.
P.- ¿Cómo es la comunidad católica en Gibraltar?
R.- En Gibraltar, al menos el 75% de la población pertenece al rito latino de la Iglesia católica. La gran mayoría de la población católica aún procura bautizar a sus hijos y administrarles los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación. Diría que la Iglesia en Gibraltar goza de relativa buena salud, aunque quienes practican su religión, es decir, asisten a misa, rondan el 10%. También tenemos mucha suerte con el número de sacerdotes que sirven en la diócesis, y aún más ahora, con la llegada de cuatro sacerdotes de Filipinas, incluyendo dos dominicos, para impulsar la presencia y el ministerio de la Orden de Predicadores. Esto significa que hay diez sacerdotes activos pastoralmente en Gibraltar, lo que augura un muy buen futuro para la Iglesia aquí.
De Francisco a León XIV
P.- Ha pasado un mes y medio desde que recibimos a León XIV. ¿Cómo está viviendo los primeros pasos de su pontificado?
R.- Conozco personalmente a León XIV, pues el año pasado me reuní con él cuando era prefecto del Dicasterio para los Obispos. Estaba de visita en Roma y concerté una cita, ya que mi mandato como obispo en Gibraltar estaba a punto de terminar. Le presenté un informe sobre la diócesis y conversamos sobre la situación en Gibraltar durante aproximadamente una hora. Me impresionó su atención a lo que tenía que decir; sabe escuchar. También me impresionó su humildad y amabilidad. Cuando vi el nombre del nuevo Papa, supe inmediatamente que era él, y tras su elección me alegra ver que tantos lo consideran como yo: un Papa humilde, atento y amable, pero un Papa con una gran experiencia del mundo y que busca con ahínco la paz y el bien común en nuestro mundo moderno. Él es el representante de Cristo en la Tierra y continuará predicando la palabra de Dios y difundiendo la doctrina de la Iglesia.
P.- Trece años después de Francisco, ¿cuáles son los frutos de su pontificado?
R.- Cada papa tiene su propia personalidad y su enfoque del pontificado. No espero que León XIV sea una copia de Francisco, como tampoco lo fue él de Benedicto XVI. Francisco era jesuita, y esto se reflejaba en su forma de afrontar los desafíos de la Iglesia. Viajó a los lugares que más necesitaban su apoyo, lugares pobres y con desafíos para la fe. Sus cuatro encíclicas definieron su pontificado. ‘Lumen fidei’ es una celebración de la fe cristiana como luz que guía nuestras vidas, inspirando la acción social y la devoción a Dios, pero también iluminando todos los aspectos de la existencia humana, incluyendo la filosofía y las ciencias naturales. ‘Laudato si” sigue el espíritu de san Francisco de Asís, quien, como santo enamorado de toda la creación, nos inspira a basarnos firmemente en la Palabra de Dios y a cuidar nuestro mundo, en lugar de permanecer indiferentes ante el deterioro ambiental. ‘Fratelli tutti’ aboga por una sociedad de fraternidad universal, cuidando unos de otros como hijos de Dios; y, hacia el final de su pontificado, publicó ‘Dilexit nos’, sobre el amor de Dios, como se manifiesta en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús que celebramos en junio. Como Papa, tuvo sus críticos debido a su enfoque sobre ciertos temas como el divorcio, el matrimonio y las cuestiones de género, pero nunca se desvió de la doctrina de la Iglesia, transmitida a lo largo de su historia. Quería que la Iglesia fuera una comunidad acogedora. Repetía con frecuencia que la Iglesia está abierta a todos, todos, todos. Nadie está excluido de la Iglesia sea cual sea la situación en la que se encuentre. Hacia el final de su vida, Francisco sufrió mucho, como todos sabemos, debido a la enfermedad, pero nunca abandonó su papel de Papa y estuvo presente con su pueblo hasta el final, cuando el día de Pascua bendijo a la gente en la plaza de San Pedro y les deseó una feliz Pascua, muriendo en las primeras horas de la mañana del día siguiente.