“Aquí cabemos todos. La Iglesia no es un club de santos, y el que quiera hacerlo está equivocado, porque la Iglesia está hecha para los pecadores. Yo el primero”. Así de tajante se mostraba ayer el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, al ser cuestionado acerca de las terapias de conversión y la realidad LGTBI en el programa ‘La Gran Pregunta’ de TRECE, donde analizó cuestiones de actualidad política, social y religiosa.
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Por otro lado, Cobo señalaba que “la condición sexual no es ni buena ni mala” y que la Iglesia “está para acompañar a la gente en sus procesos. A cada uno como venga”. Sin embargo, reconoce que “cuando hablamos de eso, hablamos de que ese proceso de acompañamiento supone la conversión y el acompañamiento, y me imagino que alguien cuando lo lee por ahí dice ‘terapia’, pero yo creo que lo nuestro no son las terapias, y si lo hacemos lo hacemos mal, porque la Iglesia no es para hacer terapias”.
“Ahora”, matizaba, “que tampoco nos quiten que hablemos de conversión, que es un proceso personal que hacemos cada cuaresma“. “La Iglesia necesita su libertad para hacer su acompañamiento y sus procesos de conversión, desde los niños, los matrimonios y desde cualquier condición sexual”, zanjaba.
Evolución del catolicismo en el mundo
Por otro lado, Cobo señaló que Europa ya no es el epicentro del catolicismo y que el crecimiento de la fe se está experimentando en regiones como Hispanoamérica, Asia y África. Explicó que, mientras en Europa el proceso de secularización ha reducido las vocaciones y el interés religioso, en otras partes del mundo la fe sigue siendo una parte fundamental de la cultura y la sociedad.
“Estamos en un proceso distinto al que estábamos acostumbrados. En Europa, muchas veces no nos hacemos preguntas sobre Dios, pero en otros lugares sí. Hay que aprender de esas regiones y proponerlo también aquí”, aseguró el cardenal.
Crisis vocacional y reforma de los seminarios
El arzobispo abordó el descenso de vocaciones en España, pasando de 7.000 seminaristas hace medio siglo a solo 1.000 en la actualidad. Frente a esta realidad, el cardenal considera que no es momento de lamentarse, sino de preguntarse qué está diciendo Dios a la Iglesia en este momento y cómo se puede revertir la situación.
En este sentido, destacó la necesidad de una Iglesia “abierta, en salida y misionera”. También abogó por una reforma de los seminarios, con un enfoque más integral en la formación de los futuros sacerdotes. “Venimos de una época en la que se separaba a quien tenía vocación del Pueblo de Dios y se le formaba en un edificio cerrado. Ahora, el Papa propone comunidades más abiertas y una formación entendida como un proceso, no como una estructura fija”, explicó.
El cardenal reconoció también el descenso en la recepción de sacramentos como el bautismo, la confirmación y el matrimonio, pero subrayó que la Iglesia no desaparecerá, sino que debe adaptarse a las nuevas realidades culturales. “Lo nuestro es hacer cristianos, no números ni masas. Se trata de acompañar a cada persona en su camino de fe, uno a uno”, destacó.
La educación católica como misión prioritaria
El cardenal José Cobo destacó que los jóvenes y la educación son aspectos clave para el futuro de la Iglesia. Explicó que muchos jóvenes carecen de apoyo en temas como la vivienda y que los índices de suicidio juvenil son preocupantes. En este contexto, la Iglesia debe ser una guía y un lugar de acogida.
“Necesitan una Iglesia próxima que les ayude a construir su proyecto de vida. La Iglesia es experta en proximidad, y debemos mostrar ese rostro cercano desde las parroquias y los movimientos barriales”. En este sentido, subrayó la importancia de los 2.500 centros educativos católicos en España, que deben ser “lugares de misión prioritarios”.
Esperanza en tiempos de incertidumbre
El arzobispo de Madrid abordó también la incertidumbre generada por el contexto internacional actual, incluyendo el auge de la Inteligencia Artificial, los conflictos armados y el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. En este sentido, resaltó la importancia del próximo Jubileo de la Esperanza como una oportunidad para transmitir un mensaje de confianza.
José Cobo ha vivido un intenso período de cambios en los últimos dos años, desde su nombramiento como arzobispo de Madrid en julio de 2023 hasta su designación como cardenal y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española en 2024. Preguntado sobre la posibilidad de ser considerado “papable” en un futuro cónclave, el cardenal respondió con humildad y humor: “Los hay mejores”. Finalmente, destacó la importancia de la labor conjunta de la Iglesia y el valor de las relaciones personales dentro del Colegio Cardenalicio. “La Iglesia es una realidad diversa y universal. Lo importante no es el título, sino la persona y su compromiso con los demás”, concluyó.