Fin de semana para la puesta de largo del milenario de la Abadía de Montserrat que se cumplirá en 2025. Un acto cultural civil celebrado el sábado ejerció de prólogo para la eucaristía celebrada ayer en la basílica de Santa María y presidida por el padre abad Manel Gasch y que estuvo concelebrada, entre otros, por el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el arzobispo de La Seu d’Urgell, Joan-Enric Vives y el obispo de Sant Feliu de Llobregat, Agustí Cortés. Además, a la misa también asistió el presidente de la Generalitat, Salvador Illa.
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Gash recordó en su homilía que, mil años después de que un grupo de consagrados llegaran al enclave enviados por el abad Oliva, “los monjes estamos llamados a hacer cercano a Jesucristo”. “A pesar de las infidelidades propias de la condición humana, desde el punto de vista de estos mil años, estoy convencido de que nuestra comunidad ha tenido siempre a Jesucristo como referente, y ha ayudado para que naciera o continuara presente en el corazón de tantos y tantos”, expuso el religioso benedictino.
Alternativa por la lluvia
Después de la misa, la lluvia obligó a realizar en el interior de la abadía los actos previstos en las plazas exteriores: la actuación de los Castellers de Vilafranca, los gigantes de la Agrupación de Colles Geganteres de Catalunya y el estreno de la nueva Sardana del Milenario.
Ya el sábado se vivió una jornada más que especial en Montserrat, que sirve de pistoletazo de salida para quince de meses en los que se podrá disfrutar de un millar de actividades religiosas, culturales y populares que hablan del pasado, presente y futuro de la abadía. El lema que guiará el milenario es ‘Ora, lege, labora, rege te ipsum in communitate’ (Reza, lee, trabaja, guíate a ti mismo en comunidad).
Acogida al migrante
En el acto cultural del sábado, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, destacó que Montserrat, “configura una parte muy importante del alma de nuestro país, una alma que no ha estado encerrada en sí misma, una alma que ha sabido acoger e integrar las diferentes generaciones venidas de todo el mundo y que nos ha hecho ser el país que somos”.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, con el abad de Montserrat, Manel Gasch, y cardenal de Barcelona, Juan José Omella EFE / Quique García.
Haciendo suyas algunas reflexiones del papa Francisco en materia migratoria denunció la actual “globalización de la indiferencia” y se remarcó los cuatro verbos que el pontífice presenta como vertebrales a la hora de responder a este desafío: “Ante el drama de las personas migrantes que se ven obligadas a huir de casa, nuestra respuesta tiene que ser acoger, proteger, promover e integrar, porque todo el que viene a mejorar Cataluña es catalán, con derechos y deberes como los nuestros”. “No nos podemos dejar arrastrar por los que pretenden aprovecharse de la inmigración para extender el miedo y la intolerancia”, ha señalado”, expuso Illa.
Por su parte, el abad Manel Gash protagonizó un diálogo inédito con el abad Oliba y un imaginario abad Boada, que ubicó en 3025. A través de unos hologramas, el religioso benedictino subrayó la necesidad de tener una migrada agradecida al pasada para “mirar hacia el futuro”. Desde ahí, defendió que esta conmemoración “no es ningún punto de llegada, sino un nuevo punto de partida”. “Inauguramos el segundo milenario de vida llenos de ilusiones, retos y proyectos”, remarcó.