Hermanamiento entre los santuarios guadalupanos de México y España

  • La Virgen de Guadalupe de Extremadura llega al Tepeyac para ser venerada
  • La imagen pintada por el artista Raúl Berzosa fue recibida y bendecida por el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes

A cinco días de su fiesta, el 8 de septiembre, una imagen de la Virgen de Guadalupe española, Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad, llegó a la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe en el cerro del Tepeyac de la Ciudad de México, para ser venerada.



Desde el 13 de febrero de este 2023, una imagen de la Virgen de Guadalupe mexicana se encuentra en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe de Extremadura, España, y a partir de este domingo 3 de septiembre, la Guadalupe española ocupará un espacio en el santuario del Tepeyac.

El objetivo de que en las dos basílicas se puedan venerar ambas imágenes, parte de un acuerdo entre los arzobispos de México y Toledo, Carlos Aguiar Retes y Francisco Cerro Chaves, respectivamente, que además contempla celebrar de manera solemne las fiestas litúrgicas de las dos advocaciones en la fecha correspondiente: 8 de septiembre para la española, y 12 de diciembre para la mexicana.

La imagen, una obra de Raúl Berzosa

La pintura que llegó a la Basílica de Guadalupe de Extremadura es un pequeño óleo, de 1 metro x 0,73 centímetros, obra del artista español Raúl Berzosa.

En la pintura, aparece la Virgen de Guadalupe ataviada con un vestido blanco con bordados en oro, y en un segundo plano se ve el santuario de Extremadura, así como localidad de Puebla de Guadalupe, donde surgió la devoción.

La Virgen de Guadalupe de Extremadura

En el vestido de la Virgen también se aprecian los escudos del papa Francisco y de la Congregación de los Franciscanos, así como la pila bautismal del Real Monasterio, en la que fueron bautizados los dos primeros indios americanos que acompañaron a Cristóbal Colón en su segundo viaje, en 1498.

Además, en la obra -según la arquidiócesis de México- hay una referencia directa a la Morenita del Tepeyac, en uno de los dos ángeles que aparecen sentados en ambos lados de la Virgen de Extremadura. Y es que, el ángel sostiene una tela de color blanco, de la cual salen las rosas de María, como salieron de la Tilma de san Juan Diego ante fray Juan de Zumárraga en 1531.

El ‘hermanamiento’ a través de la Virgen de Guadalupe

La llegada de la imagen de la Virgen de Extremadura a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México tuvo lugar en una misa celebrada por el cardenal Carlos Aguiar Retes, y concelebrada por el arzobispo de Toledo, primado de España, Francisco Cerro, en el santuario del Tepeyac.

En su homilía, el cardenal Carlos Aguiar hizo referencia a la declaración conjunta como hermanamiento de los dos Santuarios, bajo la advocación de María de Guadalupe.

“Deseamos que las diversas advocaciones, a lo largo de la historia, que ha recibido ‘la Madre del verdadero Dios por quien se vive’ sean reconocidas y veneradas, sabiendo que es la misma Virgen María, que concibió en su seno a Jesús, pero que cumple en diferentes países y lugares una misión específica para orientar y auxiliar a los discípulos de su Hijo Jesús”.

Por su parte, el arzobispo de Toledo, al inicio de la eucaristía agradeció a los mexicanos, “por seguir alentándonos a amar mucho a la Virgen Santa María y a amar también a la Iglesia Madre. Que la Morenita del Tepeyac y la Morenita de las Villuercas sigan sosteniéndonos para ser hijos verdaderos de tan buena Madre”.

Asimismo, detalló que la pintura llegada de España y que estará en la Basílica de Guadalupe es una “reproducción realista de la imagen, que nos permite reconocer desde un primer momento a la Patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad: su rostro sereno y bello, y su inconfundible color caoba…, su mirada materna y a su Hijo Jesucristo Niño en el brazo izquierdo”.

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