Francisco: “Si lo ‘esencialmente cristiano’ lo damos por supuesto, se acaba convirtiendo en un mero recurso retórico”

El Papa ha enviado un mensaje a la Pontificia Comisión para América Latina

Francisco ha enviado un mensaje este viernes a la Pontificia Comisión para América Latina en ocasión del encuentro con las instituciones y organismos de ayuda de la Iglesia en estos países. “Cada una de sus instituciones posee su propia naturaleza y misión. Sin embargo, todas participan de una identidad católica que debe hacer de su trabajo algo distinto a cualquier organización de ayuda puramente secular”, subraya el Papa en su mensaje.



Dicho de otro modo, Francisco asevera que “tenemos que redescubrir cada día, con asombro y gratitud, que la fe cristiana es la certeza de la amistad de un Dios que nos ‘primerea’, que nos educa y que de manera cercana nos acompaña constantemente”. Por ello, “lo más específico de todas las instituciones de ayuda de la Iglesia no es la eficiencia administrativa de su operación —que esperamos sea muy buena—, menos aún el simple esfuerzo humanitario que brota de un corazón generoso”.

Frío pragmatismo

“Lo verdaderamente original de nuestra ayuda es la caridad de Jesucristo que nos apremia, es ese amor que nos precede y nos invita a confesar a Dios Padre, principio de todo bien; a Jesucristo, nuestro Hermano, que nos ha redimido; al Espíritu Santo que guía a la Iglesia, crea comunión y orienta a la humanidad hacia su plenitud”, explica Francisco.

De esta manera, “si lo ‘esencialmente cristiano’ lo damos por supuesto, tarde o temprano se vuelve un mero recurso retórico y finalmente se olvida. Si no está presente, sólo queda el frío pragmatismo que termina asfixiando a las instituciones eclesiales y a sus miembros”.

“América Latina necesita ayuda solidaria”, añade el Papa. “Ayuda para evangelizar las periferias geográficas y existenciales. Ayuda para atender las necesidades de los más pobres y excluidos. Sin embargo, es importante que todas estas ayudas superen las fáciles tentaciones voluntaristas y pelagianas. Si así sucede, confío en que habrá un fruto sobreabundante: la cooperación fraterna y sinérgica entre todas las instituciones y agencias católicas de ayuda, que sabiéndose enviadas y vitalizadas por la misma fuente, encontrarán caminos de complementariedad y colaboración de todos con todos”.

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