‘La Piedad’ de Guadix se quita años de encima

La Piedad de la catedral de Guadix renace. La copia de la magna obra de Miguel Ángel que llegó a la ciudad granadina en 1933 se viste desde el pasado día 6 con un ‘videomapping’ que “describe el carisma del arte y la verdad de la fe”, señala Antonio Fajardo, deán de la catedral accitana. “Es muy atractivo porque esto no se puede hacer con La Piedad en el Vaticano, sería una locura, pero sí podemos hacerlo con esta copia, idéntica hasta límites que uno no puede imaginar –prosigue–. Y hacer ese arte en el siglo XXI sobre una imagen del Renacimiento, para transmitir ese mensaje de fe a los que lo ven, de tal modo que empieza creándose la materia y termina esa materia por medio de la Virgen dejándonos solo con Cristo y a solas con Él”.



La proyección audiovisual sobre la propia escultura –que se podrá ver cada media hora dentro del horario de visita de la catedral– dota a La Piedad de Guadix de un nuevo esplendor desde que se trasladó a la Catedral de la Encarnación en 2002. “Muchísima gente viene a la catedral de Guadix por el atractivo de poder contemplar La Piedad, porque la verdad es que, cuando estás delante de esa imagen, te olvidas de que sea una copia, pero ahora a ese atractivo le añadimos esta obra de arte del siglo XXI –añade Fajardo–. Si ya era una seña de identidad, a partir de ahora lo será mucho más”.

La Piedad mostrará, además, el proceso creativo y simbólico del original que Miguel Ángel esculpió en 1499 para el Vaticano, pero también de la copia de Guadix, de autor desconocido. “La Piedad llegó a Guadix en 1933, tras ganar en 1930 el primer premio de escultura del Salón de Arte de Bolonia, un concurso de copias de grandes obras de arte –narra el deán–. La compró la familia Carrasco Almansa, que tenía derecho de enterramiento en la iglesia de Santiago de Guadix para que presidiera la capilla funeraria donde había sido enterrada su madre, que se llamaba Piedad”.

Única copia fuera del Vaticano

Manuel Martínez-Carrasco Reyes Almansa, rector del Colegio Español y cónsul de España en Bolonia, la envió al convento de Santiago de Guadix en 1931. “La Piedad sufrió muchísimos daños en la Guerra Civil y, cuando en 2002 remodelamos el Museo de la Catedral de Guadix, se la pedimos al párroco para la catedral, nos la cedieron y se restauró, trabajando como se había hecho con la primera copia original, sacada de puntos de la piedad de Miguel Ángel”, detalla Fajardo. Es la única copia en mármol de Carrara –como la original– que existe fuera del Vaticano.

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