La abadesa de las benedictinas de Toscana se declara en rebeldía tras ser depuesta por el Vaticano

El monasterio fue denunciado ante el Vaticano por sus “coloridas” y “poco habituales” redes sociales

Guerra abierta entre el Vaticano y el convento de María del Espíritu Santo, situado en la región italiana de Pienza. Y es que, las monjas benedictinas de clausura que residen en el mismo se resesiten a la destitución de su superiora por parte de la Santa Sede.



Todo comenzó, tal como recoge Katholisch, por una queja de las autoridades políticas y eclesiásticas de Pienza ante el Vaticano, ya que consideran que la actividad de las monjas en redes sociales es excesiva, y que sus esfuerzos por idear nuevas iniciativas para sostener económicamente el convento han sido demasiado. Por ejemplo, el hecho de que las religiosas ofreciesen hospedaje en el convento a mujeres de entre 18 y 35 años, lo cual anunciaron en sus redes sociales con la frase: “¿Quieres experimentar una nueva aventura? Ven cinco días a un convento de clausura”.

Por otro lado, las religiosas han anunciado en sus redes sus productos, como manteles para el altar o gorros para bebés, hechos por ellas mismas. El teniente de alcalde de Pienza, Gianpietro Colombini, argumentando que las religiosas no habían registrado su comercio de forma oficial, trasladó su malestar ante las redes “demasiado coloridas del convento” a la diócesis. “Las monjas me sorprendieron con su monasterio algo diferente”, dice Colombini, ya que la comunidad religiosa contemplativa vive según la regla de San Benito en reclusión, oración y silencio.

La diócesis de Montepulciano-Chiusi-Pienza denunció el caso en Roma, y, más tarde un comunicado de la diócesis señala que el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada había emitido un decreto a mediados de febrero, según el cual se destituía a la superiora y se designaba un nuevo líder de la comunidad. Sin embargo, las disposiciones de la Santa Sede aún no se han implementado, continúa el comunicado, que, advierte, además, de forma expresa que no se siga transfiriendo dinero al monasterio por la desobediencia del mismo, y, en concreto, de su superiora.

La respuesta de las religiosas

Por su parte, las religiosas, que se han negado a la renuncia de su superiora, han respondido por medio de un comunicado en el que señalan que se han enterado “por los medios de comunicación” y con “lamentable mortificación” de que “la Diócesis de Montepulciano-Chiusi-Pienza, unida ‘in persona Episcopi’ con la Archidiócesis de Siena, ha considerado oportuno emitir un comunicado con respecto a
vida de esta comunidad monástica femenina, en la que no sólo se divulgan datos personales sobre una institución eclesiástica que, por su propia naturaleza, vive apartada del mundo, sino también de noticias falsas y tergiversadas sobre los aspectos propiamente canónicos de la vida religiosa de sus monjas”.

“La situación es mucho más compleja y articulada que la descrita en la declaración de la Diócesis”, aseguran las religiosas, que mantienen que su comunidad monástica “ha sido acusada de desobediencia y resistencia a las disposiciones de los Superiores, mientras que simplemente se ha negado a implementar una disposición que provoca graves anomalías y notorias cuestiones críticas de carácter jurídico, como para poner en peligro su validez y eficacia”.

Por ello, el monasterio “ha estimado necesario hacer uso de los amparos y garantías del Derecho Canónico en los oficios competentes, por considerar que la comunicación que le fue remitida carecía de los requisitos que la harían ejecutiva”. Por lo tanto, “no son las monjas las responsables de su ‘no ejecución’, como apodícticamente dice el comunicado de la diócesis”.

“Ante una cuestión puramente canónica y de competencia exclusiva de la Santa Sede, la diócesis se ha distinguido por la falta de la debida discreción -así como de la deseable caridad- necesaria en estas situaciones”, critican las religiosas. “Y es aún más grave que el autor del comunicado quisiera añadir arbitrariamente razones que el Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica nunca ha mencionado, con grave daño a la imagen del Monasterio y llegando incluso a desalentar o impedir que los fieles lo apoyen con donaciones”, aseveran.

“Las citadas circunstancias, agravadas por los tonos intimidatorios y amenazantes del texto encontrado, junto con un riesgo concreto de escándalo público, integran ciertamente vulneraciones de los derechos propios de esta Institución eclesiástica y de cada una de nosotras como consagradas, que nos reservamos debidamente hacer valer, en los tiempos oportunos, en las oficinas competentes”, concluyen.

Asimismo, subrayan que, “como Monasterio ‘sui iuris’ de la Iglesia católica, esta comunidad depende exclusivamente de la Santa Sede y, asegurando devoto respeto a los legítimos Pastores de la Iglesia particular, todas y cada una de las Monjas de esta Comunidad, considerándose agobiadas por lo indebidamente afirmado y divulgado, advierte a la Diócesis de Montepulciano-Chiusi-Pienza que se abstenga de comunicaciones, manifestaciones y acciones que trasciendan las materias de su competencia y vayan más allá de los márgenes de su jurisdicción canónica”.

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