Argentina: los jóvenes salesianos buscan la presencia de Dios

Mapas vitales, con luces y sombras, ausencias, llamados y momentos compartidos fueron algunas de las experiencias que vivenciaron los jóvenes

Durante los primeros días de mes, en la Casa Salesiana de la ciudad de Junín de los Andes, se realizó el Retiro de Jóvenes bajo el lema “Luz que enciende nuestro andar”, organizado por la Pastoral Juvenil de la Inspectoría Salesiana de Argentina Sur, orientado a jóvenes mayores de 21 años.



Esta nueva edición del retiro, se concreta luego de dos años por las restricciones por la pandemia de Covid-19. contó con la presencia de casi un centenar de chicos y de chicas que llegaron desde las distintas casas salesianas.

Los jóvenes estuvieron acompañados por el Padre Inspector, Darío Perera, por salesianos de distintos puntos de la Inspectoría y por un grupo de laicos del equipo organizador.

La última jornada se realizó una celebración especial: los jóvenes novicios Braian Fernández y Leonardo Díaz que realizaron su primera profesión religiosa como Salesianos de Don Bosco.

Los mapas vitales

Los jóvenes comenzaron el retiro compartiendo las diferentes realidades de las zonas de la inspectoría. En lo espiritual y humano se centraron en la pregunta: ¿qué necesita tu corazón?, para descubrir los momentos de luz y de oscuridad presentes en la propia vida y también, la de los demás, una realidad que marca al ser humano desde siempre.

También tuvieron la oportunidad de valorar el “Caminar juntos”, que les permite reorientarse en tiempos de oscuridad. y en instancias de luz y alegría se multiplica cuando es compartida.

Otro espacio importante giró en torno a la “luz de los faros” y la importancia de sus momentos de intermitencia. Con esta experiencia y, junto a otras más vivenciales, los jóvenes confeccionaron sus mapas vitales: reconocieron las distancias entre las diferentes órbitas de la vida de cada uno, de las comunidades en las que están insertos, y la luz de ese faro que permanentemente invita: “vení, aquí te espero”.

Los participantes compartieron aquellos momentos donde no sienten la presencia de Dios, recorriendo la “galería de las ausencias”, para reconocerlos y reubicarlos, más tarde, en sus mapas vitales. Después de este momento comunitario, junto a la iluminación que regala la Palabra, los y las jóvenes realizaron intervenciones en esa galería, llenándola de luz y reconociendo la presencia de Dios en este caminar.

Un momento significativo fue la visita en oración y reflexión al Via Christi, en el cerro de la Cruz, un camino de 2 kilómetros de recorrido pedestre con 23 estaciones, placas en relieve y un mega Cristo Luz emergiendo de la cima de la montaña.

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