Los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile emitieron un mensaje ante el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI.
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Expresaron que en este tiempo navideño, el querido hermano y pastor Benedicto ha sido llamado por Jesucristo a la casa del Padre.
Recordaron cuando en el 2013 reconocía no tener fuerzas para continuar con el ministerio de Pedro, y aseguraba servir a la Iglesia con una vida dedicada a la plegaria. “Y así lo hizo, pues desde entonces -como lo ha señalado el papa Francisco- el papa emérito estuvo en silencio sosteniendo a la Iglesia“, señaló el Comité Permanente chileno.
Expresaron también que “El dolor por la partida de este padre y pastor, nos conmueve a todos”. Pero los anima la esperanza y gratitud al Señor por la vida y magisterio del papa emérito, con la convicción que “Dios es amor”, como el mismo recordó en su primera carta encíclica. Para los obispos chilenos, sus escritos y profundidad intelectual lo sitúan además como uno de los grandes teólogos de la Iglesia, con un destacado aporte en el Concilio Vaticano II.
Asimismo, mencionaron cuando en su juventud, Benedicto, con una gran visión, escribió que la Iglesia se haría más pequeña, humilde y auténtica en búsqueda de lo esencial, “una realidad que hoy buscamos vivir con la certeza de que es la centralidad de Jesucristo la que debe guiar nuestros pasos”, enfatizaron los prelados.
Benedicto XVI en Chile
Los obispos aludieron a la visita de Ratzinger, que en 1988, en su rol de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe conoció el país. En esa ocasión, se reunió con pobladores y comunidades cristianas de base, y quedó impresionado por la labor de la Iglesia en los sectores más pobres del país. En encuentros académicos y estudiantes de la Universidad Católica abordó sus inquietudes respecto a la Doctrina Social de la Iglesia, el concepto de pecado social y la dignidad del hombre. Y también bendijo e inauguró la sede de la Escuela de Formación Profesional de Cáritas Chile, ENAC.
Por otro lado, evocaron el momento en el que recibieron el hermoso regalo de la imagen de la “Virgen del Carmen Misionera” que les hizo llegar con motivo del Bicentenario de la Patria, y que recorrió todas las diócesis. “Ese providencial obsequio fue un bálsamo de compañía para tantas personas, en medio del sufrimiento”, indicaron los obispos chilenos.
Agradecimiento e invitación
Los obispos de Chile agradecieron finalmente “al Dios de la vida por el paso entre nosotros de su hijo Joseph Ratzinger, que por intercesión del Espíritu Santo llegó a ser Pastor universal de la Iglesia”.
Aseguraron que acompañarán su velatorio a la distancia e invitaron a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Chile y a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración por Benedicto XVI, encomendando su alma a la Virgen María.
Informaron que cada diócesis determinará la forma de unirse en estos días a las oraciones de la Iglesia universal por el papa emérito, y los modos de la oración conjunta en las misas de este primer domingo de enero.
