Benedicto XVI: las tres encíclicas de su papado

Tres encíclicas con un acento especial en el amor, la esperanza y la caridad. Este es el legado escrito más significativo de Benedicto XVI, fallecido hoy.



‘Deus caritas est’

La caridad y la justicia como cumplimiento del mandamiento del amor fueron los temas tratados por Benedicto XVI en su primera encíclica ‘Deus caritas est’ (25-12-2005), en la que plantea el concepto de amor cristiano como armonización del ‘eros’ (amor corpóreo) y ‘ágape’ (amor oblativo), un amor que vincula cuerpo y alma.

Según esta encíclica, el amor hacia el prójimo es una obligación para la Iglesia, con un compromiso renovado hacia la caridad, a través de una labor asistencial que no olvide la experiencia del encuentro con Cristo y se apoye en la oración.

‘Spe salvi’

En ‘Spe salvi (30-11-2007), Benedicto XVI trató la esperanza como “elemento distintivo de los cristianos”, ofrecida por Jesús, que trajo al mundo “el encuentro con una esperanza más fuerte que los sufrimientos de la esclavitud”.

Para Joseph Ratzinger, la crisis de fe de este siglo es “sobre todo una crisis de la esperanza cristiana”, según explicaba en este documento, en el que critica la “fe en el progreso” como única esperanza y lamenta el materialismo como única respuesta al hombre propuesta por el marxismo. La oración, la actuación, el sufrimiento y el Juicio de Dios son los lugares para el “aprendizaje y el ejercicio de la esperanza” que apunta Benedicto XVI en esta encíclica.

‘Caritas in veritate’

 

‘Caritas in veritate’ (29-06-2009) es la última encíclica del Papa, en la que define la caridad como “vía maestra de la Doctrina Social de la Iglesia”, a la que están llamados todos los cristianos, orientados por los criterios de la justicia y el bien común.

En esta encíclica, el Papa critica la búsqueda de beneficio “cuando es obtenido sin el bien común como fin último”, la “actividad financiera especulativa” o la “explotación sin reglas de los recursos de la tierra”. También advierte sobre que el respeto a la vida “en modo alguno puede separarse de las cuestiones relacionadas con el desarrollo de los pueblos”.

La necesidad de un desarrollo que dé espacio a la gratuidad, una globalización “abierta a la trascendencia”, una economía que cuente con la ética para funcionar correctamente o una reforma “de la arquitectura económica y financiera intelectual” son algunos de los temas que Benedicto XVI trataba en ‘Caritas in veritate’, en la que también se alerta sobre la explotación a los migrantes, la atención a la familia o la necesidad de la bioética frente al desarrollo de la técnica. “El desarrollo tiene necesidad de cristianos con los brazos elevados a Dios en gesto de oración”, concluye el texto.

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