El mensaje navideño de los obispos patagónicos

  • Pidieron poner la mirada en el Jesús del pesebre e ir a su encuentro
  • Rescataron la figura de Zatti como ejemplo de entrega hacia el otro dando lo mejor de si

Los obispos de la región eclesiástica Patagonia-Comahue invitaron en esta Navidad a “fijar nuestra mirada en Jesús ‘envuelto en pañales y acostado en un pesebre’ (Lc. 2,12)”, tal como fue la propuesta del papa Francisco en la Jornada Mundial de los Pobres, recientemente celebrada, que convocó a mirar a Jesús que siendo rico se hizo para enriquecernos con su pobreza.



El mensaje fue firmado por: Fernando Croxatto y Virginio Bressanelli (diocesano y emérito de Neuquén); Alejandro Benna y Néstor Navarro (titular y emérito de Alto Valle del Río Negro); Juan José Chaparro (administrador apostólico de San Carlos de Bariloche y electo de Merlo-Moreno); Jorge García Cuerva, Fabián González Balsa y y Juan Carlos Romanín, sdb (titular, auxiliar y emérito de Río Gallegos, respectivamente); Joaquín Gimeno Lahoz y Roberto Álvarez (diocesano y auxiliar de Comodoro Rivadavia); Esteban M. Laxague, sdb (Viedma); José Slaby, c.ss.r. (prelado de Esquel).

Seguidamente, los prelados aseguraron que de ese encuentro con el Niño Dios, “saldremos ciertamente enriquecidos como personas y como sociedad“.

El encuentro con Jesús

Los obispos de la Patagonia aseguraron que en este encuentro con Jesús se podrá descubrir:

  • Que toda vida es algo maravilloso: la Navidad invita a valorar toda vida, en particular las menos consideradas, como la de los niños, enfermos, ancianos, y más allá de la valoración social que se atribuye. “En ese niño envuelto en pañales, frágil, necesitado de todo y de todos está Dios”, afirmaron.
  • Que Dios para salvar la humanidad elige el camino de lo pequeño. Dios en su Hijo se hace “un niño como tantos” y su venida transforma la historia. Se preguntan cómo no reconocer hoy en tantos que “son uno más” como la presencia de Dios que dignifica por su entrega desinteresada, responsable, generosa, hecha de pequeños gestos
  • Que toda vida es un don para los demás. El niño nacido en Belén vino para ser “luz de las naciones”. Su primer mensaje es despertar en los demás que la vida es servir a los demás, camino que recorrieron María y José, los pastores y los magos de Oriente. “La Navidad de Jesús nos despierta a ser constructores de una vida digna y feliz en cada prójimo, gratuitamente y con proyección de futuro”.

“Compliquémonos la vida”

Los pastores patagónicos manifestaron que celebran esta Navidad tomando el testimonio de quien fue proclamado santo el pasado 9 de octubre, Artémides Zatti. Según detallan, en esta tierra, “su vida proclama cuánto vale lo que podemos hacer por el bien de los demás“. Asimismo, aludieron al accionar de Zatti para aliviar el dolor de la enfermedad, de la pobreza y de la marginación. “Nada lo detenía ante la urgencia de sanar, aliviar, consolar. Su presencia sencilla, alegre y atenta transfigura la presencia de ese Dios que cuida su pueblo” expresaron.

Consideraron que su ejemplo despierta en muchos dar lo mejor de sí para hacer que la vida de otro sea más digna. Ser “buen vecino” expresa su compromiso en construir una sociedad más humana. Refirieron también lo expresado en septiembre pasado ante la canonización del enfermero salesiano: “Así fue la vida  de Zatti: tocó la miseria humana, la carne sufriente de los hermanos más pobres. Se jugó la vida por ellos, sumó a muchos otros para esta causa. Su vida se complicó mucho, pero fue feliz siguiendo los pasos de Jesús, entregando la vida por los demás, siendo un hermano de este pueblo patagónico. Zatti nos anima a andar este camino”.

Finalmente, repitieron el pedido de poner la mirada en el Niño Dios, y reclamaron: “Compliquémonos la vida”,  sirviéndola a los demás, a la luz de Jesús que desde Belén nos dice: “No vine a ser servido sino para servir y dar la vida en rescate a una multitud”  (Mt.20,28).

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