A 100 días del asesinato de los jesuitas en México, la Compañía de Jesús sigue pidiendo justicia y seguridad

En entrevista para Vida Nueva, el jesuita Jorge Atilano González asegura que si bien se han detenido a 20 personas vinculadas con el asesinato, continúa libre el presunto responsable

fotos de los dos jesuitas asesinados

Este 28 de septiembre se cumplen 100 días del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, ocurrido en la parroquia de San Francisco Javier, en la localidad de Cerocahui, estado de Chihuahua.



Este día, el Socio del Provincial de la Compañía de Jesús en México, el padre José Méndez, presidirá la misa “Por la paz, la reconciliación y la justicia”, que podrá seguirse en vivo a través de sus redes sociales.

En ese contexto, Vida Nueva conversó con el asistente de lo Social de la Compañía de Jesús, el padre Jorge Atilano González Candia, quien aseguró que si bien se han detenido a 20 personas vinculadas al presunto responsable del asesinato, continúa la búsqueda de este último.

Dejó en claro que la principal petición de los jesuitas en torno al caso es continuar con la investigación, pero también avanzar en una propuesta a largo plazo de seguridad en el territorio, donde se articule Guardia Nacional, Ejército y Policía Estatal, con alguna supervisión de parte de la comunidad.

Fortalecer estrategias de seguridad

PREGUNTA.- Tras el asesinato, la Compañía de Jesús tenía la percepción del apoyo del gobierno estatal para esclarecer el caso, ¿a la fecha se tiene esta misma percepción?

RESPUESTA.- El pasado 19 de septiembre me tocó reunirme con el fiscal de Chihuahua, el licenciado Fierro, y él nos informó cómo está la situación de la investigación; también sobre las detenciones y el debilitamiento de las redes delictivas. Es decir, hemos tenido comunicación, hemos visto algunos resultados, pero desgraciadamente no se ha aprehendido al responsable. Confiamos en que esto pueda avanzar.

P.- ¿Cómo es actualmente la seguridad en la Sierra Tarahumara, en particular en la parroquia de San Francisco Javier de Cerocahui y sus alrededores?, ¿los jesuitas sienten temor después del homicidio?

R.- Sobre la situación de seguridad en la sierra, en particular en Cerocahui, lo que estamos viendo es que la presencia de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano ha aminorado la percepción de inseguridad de los habitantes, aunque es preocupante la disminución de personas que se encuentran allá y que no se haya podido aprehender al responsable.

P.- ¿Cuál es la petición principal de los jesuitas en México en este momento?

R.- Que se continue con la investigación, pero también avanzar en una propuesta a largo plazo de seguridad. De parte nuestra, vemos que hace falta una estrategia de seguridad a nivel territorial que ayude a tener condiciones de seguridad a largo plazo; lo que hemos dicho: la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército es una respuesta emergente que a nosotros, y a la comunidad de Cerocahui, nos ha ayudado a sentirnos un poco más seguros, pero necesitamos pensar a largo plazo cómo fortalecer de manera local las estrategias territoriales para que existan condiciones de seguridad.

En concreto, se tiene que avanzar en depurar a las policías municipales y cuidar la transparencia de los gobiernos municipales de la Sierra Tarahumara para que se puedan tener condiciones de paz a largo plazo.

También, lo que nosotros estamos pidiendo es que se pueda avanzar en el fortalecimiento de los sistemas jurídicos; es decir, la comunidad tiene sus formas de resolver problemas, entonces hay que fortalecerlas y reconocerlas, porque eso permite retomar la armonía desde las formas de la comunidad.

La Iglesia ha trazado una ruta hacia la paz

P.- ¿Se ha establecido algún protocolo de seguridad de los jesuitas en México a partir del asesinato de los padres Joaquín y Javier?

R.- En eso estamos: hemos recurrido a varias organizaciones sociales, también con asesoría de la Fiscalía, para tener protocolos de seguridad con los jesuitas de la Sierra Tarahumara; ya se ha avanzado en hacer las valoraciones de riesgo, y estamos en eso de elaborar los protocolos, pero sí se tiene ahí contemplada esta actividad y la solicitud a la misma Fiscalía.

Aquí agregaría que del 20 al 22 de septiembre se tuvo la Asamblea Diocesana extraordinaria para diseñar un proyecto de reconstrucción del tejido social; ahí se definió un proceso a tres años, el primero de ellos para trabajar el tema de fortalecimiento de las familias y la atención a los jóvenes adolescentes. En el segundo año el tema será el fortalecimiento de la comunidad y de la cultura; y el tercer año la mediación y resolución de conflictos. Me parece que es un signo de esperanza que las parroquias, los sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral avancen en el diseño de un proyecto de reconstrucción del tejido social.

Por otro lado, ahora que se cumplen los 100 días del lamentable homicidio, pues como Iglesia católica en México, entre obispos, la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México (CIRM) y la Provincia Mexicana, pues hemos definido una ruta de trabajo con los conversatorios por la paz, los foros justicia y seguridad, las jornadas de oración mensual, el Encuentro Nacional para la justicia y la paz y la conformación de la Red Nacional de Paz.

Es una ruta que tenemos para centrarnos en la discusión, el análisis del sistema de justicia mexicano y hacer recomendaciones a la ciudadanía para aprender a resolver problemas, así como a los diferentes niveles de gobierno para que podamos mejorar el sistema de justicia -que tiene que ver con policía, ministerios públicos, Poder Judicial cárceles- y trabajar en la base todo un proceso de reconstrucción del tejido social, creando una cultura de empatía, diálogo, escucha, consenso y resolución de conflictos.

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