Lidia Troya: “No podemos pedir avales o cláusulas de confidencialidad a las víctimas”

La coordinadora de atención de Repara, el proyecto de la Archidiócesis de Madrid, cierra la mañana de las Conversaciones PPC que se celebran en el Colegio Mayor MARA

“No podemos pedir avales o cláusulas de confidencialidad a las víctimas”. En estos términos se refirió Lidia Troya al camino maltrecho que todavía queda por depurar para acompañar a quienes han sufrido abusos en el seno de la Iglesia.



La coordinadora de atención de Repara, el proyecto de la Archidiócesis de Madrid para el acompañamiento frente a los abusos, cerró la mañana de las Conversaciones PPC organizadas por la editorial y el Instituto Superior de Pastoral en el Colegio Mayor MARA.

Aprendiendo

“¿Qué hacer? Nosotros llevamos la ‘L’ de prácticas puesta cuando acompañamos a las personas, estamos aprendiendo desde las víctimas que nos enseñan. Dejémonos enseñar y humanizar por las víctimas”, expuso sobre cómo actuar para dar respuesta al dolor causado frente a las “actitudes eclesiopáticas” que todavía persisten.

“Necesitamos un equipo de profesionales, porque el dolor de las personas no se puede jugar. No se puede recibir a una víctima en una sacristía o en una sede episcopal con un alzacuellos por delante”, señaló como premisa, además de criticar “la burocracia del abuso, la espera y los interrogatorios” en exceso que suelen formar parte de estos procesos complejos en tanto que “se trata de un tema denso porque engarza con la sexualidad y el poder”.

Mirar para otro lado

“No mirar para otro lado, comparar y minimizar el daño”, expuso sobre las resistencias que todavía hay en la Iglesia: “Hablar de abusos y las víctimas nos incomoda. Hay quien los niega, quienes creen que son cosa del pasado”.

Durante su ponencia, repasó testimonios de algunas de las víctimas a las que ha acompañado: “El encuentro de las víctimas me hace bien, nos hace bien”. “Os invito a descalzarnos, a vaciarnos, a dejar las ideas preconcebidas para escuchar a las víctimas. Sus voces son historia sagrada, palabra sagrada”, remarcó.

A la par, recordó a los participantes en las Conversaciones PPC, que las personas que han sido abusadas “viven un duelo prohibido, secreto, porque se ha creado una cultura del silenciamiento y encubrimiento que continúa”. “Aunque solo haya habido un roce, la herida no es proporcional”, remató.

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