La arquidiócesis de San Salvador despide a su arzobispo emérito Fernando Sáenz Lacalle

El español falleció a los 89 años de edad; este 2 de mayo su cuerpo será sepultado en las criptas de la Catedral Metropolitana de San Salvador

funeral monseñor Saenz

El arzobispo emérito de San Salvador, el español Fernando Sáenz Lacalle, falleció el pasado 28 de abril a la edad de 89 años, como consecuencia del Alzhéimer que padecía desde 2012. Este lunes 2 de mayo se celebrará una misa exequial en la Catedral Metropolitana de San Salvador, y posteriormente sus restos serán depositados en las criptas de dicho recinto.



Su cuerpo fue velado durante tres días en la iglesia catedral para que el pueblo de Dios pudiera despedirse. Tanto el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, como el cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de esa Iglesia particular, presidieron las eucaristías para pedir por el eterno descanso de su alma.

Durante la misa del día 29, el arzobispo Escobar llamó a los salvadoreños a orar unidos por el eterno descanso de Sáenz, cuya partida –dijo- entristece al pueblo, como es natural, pero a la vez “nos llena de esperanza y consuelo saber que está con Cristo en la gloria del cielo, y desde allá pide por nosotros; estas sencillas palabras son para darle las gracias”.

¿Quién fue Fernando Sáenz Lacalle?

Fue el sexto arzobispo de San Salvador; nació en Cintruénigo, España, el 16 de noviembre de 1932; recibió la ordenación sacerdotal en Madrid el 9 de agosto de 1959. Fue incardinado en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz (Prelatura del Opus Dei). En 1962 fue enviado a El Salvador.

Fue nombrado obispo auxiliar de Santa Ana el 22 de diciembre de 1984, por el papa Juan Pablo II. Desempañó su ministerio episcopal en esa diócesis hasta 1995. En abril de 1995, fue nombrado arzobispo de San Salvador, sucediendo al fallecido arzobispo Arturo Rivera y Damas. Sáenz apoyó la causa de canonización de su predecesor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, a quien conoció personalmente.

En 1996, Sáenz Lacalle recibió al papa Juan Pablo II en su segunda visita a El Salvador y presidió la inauguración de la Catedral Metropolitana de esa ciudad el 19 de marzo de 1999. El 16 de noviembre de 2007 presentó su renuncia al cargo de arzobispo, al cumplir 75 años de edad, en cumplimiento de lo que establece el Código de Derecho Canónico.

De acuerdo con información del arzobispado, Sáenz dedicaba muchas horas a dirigir espiritualmente a mujeres y hombres de toda condición social: obreros, profesionales, amas de casa, profesionales del hogar, etc., a quienes ayudaba a encontrar a Cristo en el trabajo, la vida familiar y el resto de las actividades ordinarias.

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