Los fieles de la diócesis italiana de Nocera Inferiore-Sarno, en la región sureña de Campania, han elegido una macabra forma de protestar contra la decisión del obispo, Giuseppe Giudice, de suspender las procesiones de las fiestas patronales. Aunque desde el pasado 31 de marzo expiró el estado de emergencia motivado por la pandemia en Italia, el coronavirus sigue costando vidas en el país, por lo que el obispo optó por actuar con prudencia y postergar la celebración de estos festejos.
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La protesta consiste en la aparición por las calles de la diócesis de esquelas en las que se da a conocer de que el “pseudo obispo” ha “matado y ultrajado” con un “decreto inútil” las fiestas patronales. En el lugar reservado habitualmente para los familiares y amigos del finado, el cartel incluye a los grupos damnificados por la decisión de Giudice: bandas de música, vendedores ambulantes, encargado de la iluminación, feriantes, comerciantes… Estos sectores ya golpeados por la crisis provocada por la pandemia “siguen sin poder trabajar por una decisión injusta y deshonesta”.
La esquela, de cuya aparición informa el diario Avvenire, concluye con una premonición: “Unidos venceremos contra el obispo”. La protesta ha sido criticada por las autoridades locales, propiciando además la apertura de una investigación por parte de los Carabinieri. Algunos de los carteles ya han sido retirados.
“La pandemia no ha terminado”
La diócesis de Nocera Inferiore-Sarno decidió el pasado 1 de abril en una asamblea del clero mantener la suspensión de todas las procesiones de las fiestas patronales y pascuales debido a que “la pandemia no ha terminado”. En un comunicado también alegó como motivo la guerra en Ucrania, que exige “oraciones por la paz, sobriedad y caridad con los hermanos que han perdido todo en los bombardeos”.
La Conferencia Episcopal Italia manifestó su apertura a la celebración de procesiones, aunque destacando que había que mantener “el sentido de responsabilidad” para tratar de limitar la difusión del coronavirus. El episcopado, además, abría la puerta a que las diócesis adoptaran las medidas que consideraran oportunas teniendo en cuentas las “situaciones locales”.
