El grito del arzobispo grecocatólico de Ucrania: “No es una crisis local, sino mundial”

Sviatoslav Shevchuk y el nuncio apostólico, Visvaldas Kulbokas, han ofrecido su mirada sobre la escalada de tensión en una conferencia online organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional

Shevchuk Shevchuk, arzobispo de la Iglesia grecocatólica en Ucrania

“Estamos siendo testigos de una escalada de tensión entre Rusia y Occidente, en especial con Estados Unidos. Por posición histórica y geográfica somos el país más expuesto, pero la crisis de Ucrania no es solo un problema para los ucranianos, tiene consecuencias para el mundo entero, para la Unión Europea, Estados Unidos y los países de la OTAN”. Así lo ha afirmado hoy el arzobispo de la Iglesia grecocatólica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, durante una conferencia de prensa online organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada Internacional.



Bajo el título ‘Ucrania: la experiencia de la Iglesia en 8 años de conflicto armado’, la fundación pontificia ha querido poner el foco en el país, donde, una vez más, suenan tambores de guerra después de que Rusia desplegara sus tropas en la frontera el pasado octubre.

Las malas relaciones entre Rusia y Ucrania nacen en 2014, cuando los manifestantes a favor de la Unión Europea derrocaron al Gobierno con el apoyo de Vladimir Putin, lo que conllevo a la anexión de Crimea y a la declaración de independencia de Ucrania por parte de separatistas prorrusos en Donetsk y Lugansk. Desde entonces, ACN ha aportado más de 350.000 euros en 33 proyectos.

La violencia en el este del país entre los separatistas y el Ejército ucraniano ha provocado más de 14.000 muertes y ha obligado a aproximadamente 1,5 millones de personas a convertirse en desplazados internos. Por si fuera poco, la pandemia también amenaza la tranquilidad de los ucranianos. Para paliar sus efectos, ACN ha aportado 700.000 euros en estos últimos dos años para no abandonar a un país con una mayoría de cristianos (85%), de los que un 11% son católicos.

Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania

Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania

Junto Visvaldas Kulbokas, nuncio apostólico en Ucrania, Shevchuk ha hecho un llamamiento a la no violencia y ambos han clamado un contundente ‘no a la guerra’. Durante sus intervenciones, han agradecido al papa Francisco su constante llamamiento a rezar por ellos, pues es un “gesto de solidaridad con quienes estamos necesitados”.

Kulbokas, sin dar muchos detalles, ha dejado patente la “preocupación” con la que el Papa sigue la situación. “El Papa invita a toda la gente de buena voluntad a rezar por Ucrania”, ha indicado. Asimismo, ha enfatizado que “los cristianos nunca pueden promover una guerra”. Por eso, ha invitado a “rezar por la conversión de los corazones de políticos y militares”, ha añadido el nuncio, que, en otra de sus intervenciones ha agradecido el apoyo humanitario de Cáritas.

“Aunque la mayoría de los ucranianos son ortodoxos, el Papa es la autoridad moral más importante del mundo. Nuestro pueblo está muy atento a cada palabra que el Santo Padre dirige a su ‘Querida Ucrania'”, ha reconocido Shevchuk. Y, en este sentido, ha señalado que lo que más esperan los ucranianos es una visita de Francisco: “Rezamos para que algún día este viaje pueda darse”.

Tres respuestas como creyentes

El líder de la comunidad grecocatólica en Ucrania ha ofrecido tres respuestas, desde un punto de vista creyente, a la situación en el país: oración, solidaridad con los más necesitados y ser predicadores de esperanza.

Según el arzobispo grecocatólico, “hemos llegado al punto máximo de una peligrosa escalada militar y agresión contra Ucrania. Es cierto que nuestro país ha sido atacado por Rusia durante 8 años, pero la escalada que estamos presenciando hoy no es una simple continuación de la guerra de Donbás o una consecuencia de la anexión de Crimea”.

Para Shevchuk, “la guerra es la peor respuesta a los problemas. Nuestra esperanza hoy es que con las oraciones y el apoyo de la comunidad internacional, todos podamos decir no a la guerra. Estamos presenciando con nuestros propios ojos una verdadera idolatría de la violencia que se levanta en el mundo. Nosotros, como cristianos, debemos decir en voz alta, no a la violencia y a la acción militar como solución a los problemas. Solo el diálogo, la cooperación y la solidaridad pueden ayudarnos a superar todo tipo de dificultades y crisis”.

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