La Iglesia de Córdoba reitera su preocupación por la legalización del juego

Nuevamente, la Iglesia cordobesa reclamó al Estado la protección del más frágil y actitudes responsables en la búsqueda del bien común

La pastoral social y la pastoral de adicciones la arquidiócesis de Córdoba emitieron otro comunicado titulado: ‘Legalizar el juego es exprimir a los pobres’, en el que señalan su preocupación ante el inminente tratamiento de la ley que propone legalizar el juego y las apuestas online.



Esta iniciativa que será tratada por la legislatura provincial favorecerá, según expresa, un negocio que se aprovecha de la fragilidad de los más vulnerables.

Como ya aseveraron en otros mensajes sobre la misma temática, reiteraron que es el Estado el que debe proteger al frágil. “Hay cierta perversidad en la pretensión de justificar el negocio del juego con el argumento de que una parte de lo recaudado por el Estado, a través de esta ley o de otra ley, se destinará a ayuda social o la implementación de programas para prevenir o tratar la ludopatía”, manifestaron las pastorales.

Agregaron: “Es como darles a los pobres una parte de lo que antes se les quitó para que alguien, en el medio, haga un negocio”.

Legalizar y fomentar el juego

Teniendo en cuenta que la ley tiene un efecto pedagógico que educa, establece límites, indica el camino de la legalidad, se preguntan “¿Con qué argumento ético les explicaremos a nuestros niños y jóvenes que es la misma ley provincial la que les habilita el acceso al mundo de las apuestas, de los juegos de azar que -todos sabemos- son tan perjudiciales y adictivos?”.

Asimismo, la iglesia cordobesa aseguró que hay que promover la cultura del trabajo, no del juego, sobre todo en un país con más del 60 por ciento de sus niños y adolescentes pobres. “Es urgente generar propuestas que creen fuentes de trabajo digno, y que promuevan y favorezcan la cultura del trabajo y el esfuerzo“.

La pastoral social y la pastoral de adicciones aseveró que este proyecto, que será tratado inminentemente, va claramente en dirección contraria.

Pidieron a los legisladores actitudes responsables que apunten, no solo al bien común, sino a iniciativas y políticas creativas que incrementen las fuentes de trabajo con el objetivo de crear la deseada movilidad social ascendente.

Finalmente, en este tiempo de Navidad en el que se celebra que Dios asumió en Jesús las alegrías, dolores, desafíos y esperanzas de la humanidad, compartieron el deseo de un año  de trabajo en la búsqueda de herramientas y acciones que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos, particularmente de los más pobres y vulnerables.

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