España ya está inmersa en el Sínodo de la sinodalidad

Vida Nueva repasa cómo se ha vivido este fin de semana el inicio de la fase diocesana en las 15 archidiócesis de nuestro país

Sínodo apertura catedral Barcelona

El papa Francisco abrió el Sínodo de los Obispos ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión’ el 9 y 10 de octubre en Roma. Este pasado fin de semana –16 y 17 de octubre– le tocaba el turno a todas las diócesis del mundo. En España se ha celebrado así el inicio de la fase diocesana:



Barcelona

La tarde del domingo tuvo lugar en la catedral de Barcelona la apertura diocesana del Sínodo (en la imagen). El cardenal Juan José Omella presidió la Eucaristía. En su homilía, invitó a “caminar juntos con Jesucristo y bajo la guía del Espíritu Santo”, pues este es “el significado de la palabra Sínodo”. Esta unidad es una oportunidad para que todo el pueblo de Dios se ponga a la escucha, a la escucha entre unos y otros miembros para llegar a la “voluntad de Dios”, afirmó. Y añadió: “Para escuchar a Dios se necesita mucho silencio y mucha humildad”.

Valladolid

En Valladolid se inauguró oficialmente con un encuentro en el seminario el sábado 16. El cardenal arzobispo, Ricardo Blázquez, “envió” a los fieles a recorrer este itinerario. Tras el acto de oración en la capilla, el obispo auxiliar, Luis Argüello, acompañado de la delegada de Apostolado Seglar, Soledad Losada, y de otros dos laicos respondieron las dudas de los presentes. Anunciaron también la constitución, en tres semanas, de un equipo sinodal (integrado, además de por laicos, por los nueve arciprestes de Valladolid), que coordinará las respuestas surgidas de la reflexión en las distintas parroquias, movimientos y realidades eclesiales.

Valencia

“Hoy es un día muy grande, de verdad, porque en unidad de toda la Iglesia, en comunión con el Papa iniciamos del Sínodo para la revitalización de la Iglesia”, recalcó el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la celebración de la misa de apertura de la fase diocesana del Sínodo en la catedral.

Cañizares apeló durante su homilía a “la oportunidad para el cambio en la cultura, la política y los conflictos y tensiones internacionales, y en especial el cuidado a los descartados, enfermos, y afectados de esta pandemia mundial, los emigrantes y desheredados”.

Como afirmó el purpurado, “las directrices del Sínodo recuerdan que el objetivo es asegurar la participación del mayor número posible de las personas para escuchar la voz viva de todo el pueblo de Dios, y no es posible este objetivo si no hacemos un esfuerzo especial en llegar activamente a las personas donde se encuentren, especialmente los que a menudo no participan de la Iglesia”.

Madrid

La catedral de la Almudena acogió el domingo la misa de apertura de la fase diocesana del Sínodo. “El camino que iniciamos como Iglesia lo hacemos juntos, unidos, abrazados, en comunión, abrazados por el mismo amor del Señor que nos llamó a formar parte de su Iglesia que recibe y vive el don de la unidad y que desea abrirse a la voz del Espíritu”, dijo el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro.

En su homilía, el purpurado insistió en que “no estamos abriendo un parlamento ni tampoco vamos a hacer un sondeo de opiniones”, sino que “toda la Iglesia universal se pone en camino” y, a través de cada Iglesia particular, inicia una consulta en la que el primer “protagonista” es el Espíritu Santo.

“Este trabajo sinodal es también un tiempo de gracia, porque es ocasión de encuentro, escucha y reflexión, advirtió. La celebración terminó con la mirada puesta en la Virgen, con todo el templo cantando el himno a la Almudena con el deseo, expresado por Osoro, de que en esta fase diocesana “esté Ella muy presente, alentándonos a participar en esta tarea que el Sucesor de Pedro nos propone”.

Santiago

“Hago una llamada a todos los diocesanos, niños, jóvenes y adultos, a quienes trabajáis en la investigación y en la docencia, en el mar, en la industria o en el campo, a los sacerdotes, miembros de vida consagrada y laicos, y a los que os sentís lejanos de la Iglesia, para que colaboréis en la realización del Sínodo que es encuentro de oración, reflexión y compromiso, fortaleciendo la unidad en la fe y la comunión en la iglesia diocesana”. Así se expresó este domingo el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, en la homilía de la misa de apertura de la fase diocesana del próximo Sínodo.

Para Barrio, este Sínodo es “un acontecimiento trascendente para escuchar la voz del Espíritu y orientar nuestro peregrinar cristiano en estos momentos recios pero llenos de esperanzas. También hoy es tiempo de seguir caminando”.

El camino sinodal diocesano se iniciaba antes con una asamblea en la iglesia de San Paio, en la que el obispo auxiliar, Francisco José Prieto, presentó los objetivos y la metodología para participar activamente. En este encuentro, Barrio destacó que “no se trata de ser todos iguales sino de caminar juntos, compartiendo un camino y abrazando nuestra diversidad”.

Zaragoza

La misa de apertura de la etapa diocesana del Sínodo en Zaragoza tuvo lugar en El Pilar. Un templo lleno de laicos, religiosos y sacerdotes, además de una representación de los pastores de las iglesias cristianas presentes en la diócesis.

En su homilía, el arzobispo, Carlos Escribano, ofreció las claves para no decaer en este camino de escucha sinodal. “El Sínodo es un momento de gracia para nuestra diócesis. Hoy queremos acoger el don del Espíritu para salir a anunciar el Evangelio”, señaló. Así, “nuestra tarea es descubrir que Jesús camina a nuestro lado. Hemos de ser expertos en el encuentro: dar espacio a la adoración. El camino sinodal solo será tal, si nos encontramos con Cristo y, con él, con nuestros hermanos”, remarcó.

Para el prelado, es importante “dejar los prejuicios, recibir al otro como un auténtico don, evitando respuestas superficiales. Escuchar con el corazón: así el otro no tendrá miedo para hablar”. Por otro lado, invitó a todos a “motivar a nuestros hermanos para que se sumerjan en este proceso de gracia”.

Antes, unas 500 personas participaron en el encuentro de apertura del curso pastoral, enfocado en el Sínodo. En él, Cristina Inogés, teóloga y miembro de la Comisión Metodológica del Sínodo, recalcó que “en la Iglesia, el optimismo no vale para nada. Pero la esperanza es vital”.

Burgos

“No hay expresión más grande de lo que es la Iglesia que la asamblea que hoy se ha reunido en torno al altar del Señor”, donde ha estado representada toda la Iglesia que peregrina en Burgos. Así definió el arzobispo, Mario Iceta, a la comunidad congregada en la catedral para la celebración de la apertura diocesana del Sínodo. “Ser Iglesia es ser sínodo”, recordó. Por eso, la eucaristía sirvió para “pedir el don del Espíritu que obre el nuevo Pentecostés que impulse a la comunión, la participación y la misión” a toda la archidiócesis.

Se abre así un tiempo de escucha, donde “Jesús camina con nosotros para abrirnos el entendimiento” y descubrir “lo que el Espíritu dice a la Iglesia”. Para el arzobispo, el proceso sinodal supone “desplegar las velas para dejarnos impulsar por el soplo del Espíritu”, apartando “las obras de la carne, lo puramente racional”. “Hemos de discernir lo que es voluntad del Señor, que se haga su voluntad en su Iglesia”, remarcó.

“El Sínodo es fruto del Espíritu; es un tiempo para escucharnos a nosotros y al Espíritu, para conocer qué quiere de nosotros”, dijo, pues la escucha debe trasladarse también fuera de la Iglesia, porque “los otros también están congregados, porque también los otros profetizan”.

Eloy Bueno de la Fuente, teólogo burgalés y miembro de la Comisión Teológica del Sínodo, explicó en qué consiste el proceso y las razones que han empujado al Papa a convocarlo. “Si no es el camino sinodal, ¿qué otra vía hay para la Iglesia?”, se preguntó. “No queremos fundar otra Iglesia, pero sí una ‘Iglesia otra’, caracterizada por un estilo sinodal que haga posible una comunidad abierta, acogedora y que se sienta enviada”. En ese proceso, “la actitud de escucha ha de ser fundamental”, evitando convertirlo en un “parlamento” y dejando que el Espíritu sea “el protagonista”. “La Iglesia está de fiesta porque ha sido convocada en sínodo”, concluyó.

Mérida-Badajoz

Celso Morga presidió ayer, en la catedral de Badajoz, la eucaristía con la que se daba comienzo a la fase diocesana del Sínodo. En su homilía, el arzobispo recalcó que “es el afán de servicio el que abre los horizontes de felicidad” y, por lo tanto, es ese mismo servicio el que debe llenar “todo el camino sinodal”.

Citando a san Juan Crisóstomo recordó que “Iglesia y Sínodo son sinónimos” y, por esta razón, se hace necesario que, en esta primera fase, se escuche la voz de la mayor parte de los fieles posible. Concluyó la predicación animando a todos a caminar juntos en la diócesis en esta fase del proceso sinodal, “unidos a Santa María de Guadalupe”.

Pamplona

Francisco Pérez también celebró la misa de apertura en la catedral de Pamplona. “Hay un quehacer social, cultural y humanista en el que se suele decir que no podemos caminar en soledad. Lo más gratificante y fructífero es ‘caminar juntos y unidos’. Y de ahí viene el dicho de que ‘la unidad hace la fuerza’. Y es verdad, puesto que lo hemos comprobado en muchos momentos a nivel personal, familiar, profesional y social”, ha señalado el arzobispo en su carta con motivo del Sínodo.

Tarragona

En Tarragona, el arzobispo, Joan Planellas, abrió la fase diocesana del Sínodo con una misa, en la que recordó que ya Francisco ha afirmado que “el Sínodo no es un parlamento, ni tampoco un sondeo de opiniones. Es más bien un momento eclesial. Hacer Sínodo significa caminar juntos en la misma dirección”.

“El método sinodal nos invita a hacer de este Sínodo una magnífica ocasión de diálogo profundo, de escucha humilde, de discernimiento sincero de los signos de los tiempos, donde el sujeto real sea, porque lo es, todo el pueblo santo de Dios”, explicó. Y continuó: “Una Iglesia sinodal y unas actitudes sinodales solo pueden brotar de una Iglesia pueblo de Dios, que explicita la comunión en la vida de cada día. Nos conviene dialogar unos con otros con humildad. Pero el diálogo y la discusión deben pasar siempre por la oración humilde y de adoración del Señor”.

Sevilla

El altar del jubileo de la Seo hispalense acogió la tarde de este domingo la celebración eucarística que marca el inicio de la fase diocesana del Sínodo de los Obispos. La misa fue presidida por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, y concelebrada por el arzobispo emérito, Juan José Asenjo. La catedral recuperó el 100% de su aforo para albergar a más de 2.500 personas provenientes de diversas parroquias, grupos y movimientos de la archidiócesis.

“En virtud de nuestro Bautismo todos estamos llamados a participar activamente en la vida de la Iglesia. Todos estamos invitados a la oración, al encuentro, al diálogo, a escucharnos unos a otros, de modo que podamos captar los impulsos del Espíritu Santo, que viene en nuestra ayuda para guiar nuestros esfuerzos humanos, y nos lleva a una comunión más profunda y a una misión más eficaz en el mundo”, expresó.

Así, en su homilía destacó que la única forma de construir comunión, participación y misión “es unidos profundamente en el Señor, porque de otro modo nuestra palabra no puede ser creíble; con la participación de todos, porque todos los miembros de la familia diocesana somos igualmente importantes; anunciando la buena nueva del Evangelio, porque la Iglesia existe para evangelizar”.

Oviedo

En Oviedo, por su parte, la apertura del Sínodo se ha retrasado una semana, y tendrá lugar el próximo 24 de octubre con una misa en la catedral presidida por el arzobispo, Jesús Sanz  Montes. Una vez inaugurado el proceso sinodal comenzarán los trabajos, que liderará una comisión dirigida por el sacerdote Marcelino Garay. “A lo largo de estos meses, se tratarán los diez temas propuestos para el Sínodo”, explica el vicario de Pastoral, Antonio Vázquez.

Urgell

“La Iglesia de Urgell quiere hacer camino con las Iglesias del mundo. Un camino que no sabemos dónde nos llevará; pero sabemos que el Señor está con nosotros. El Señor, el Buen Pastor, camina delante y nos guía”. De esta manera comenzó el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives, la eucaristía celebrada en la catedral de Santa María de Urgell el domingo con la que comenzaba la fase diocesana del Sínodo.

En esta fase diocesana “se plantearán una serie de grandes cuestiones, y lo más importante será escucharnos, acogernos y hacer propuestas que tiendan a la construcción de una comunidad unida y misionera, que dé testimonio gozoso de la su fe”, advirtió.

Para Vives, el camino que tenemos por delante no será un camino llano, “porque el paso del tiempo ha hecho aparecer formas de clericalismo o autoritarismo, de irrelevancia de los laicos, de los niños, de los vulnerables… y los hemos de volver a poner en el centro. El objetivo de la fase diocesana que ahora comienza es la consulta a todo el Pueblo de Dios, sin excluir a nadie”.

Toledo

El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, comenzó la celebración de la misa de apertura de la fase diocesana del Sínodo junto al baptisterio, y recordó que el “papa Francisco invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre la sinodalidad, un tema decisivo para la vida y la misión de la Iglesia” y, por ello, comienza una fase, la de las iglesias locales, que espera “asegurar la participación del mayor número posible, para escuchar la voz viva de todo el Pueblo de Dios”.

En este contexto, Cerro pidió perdón a Dios “por los pecados del Pueblo de Dios, sacerdotes, vida consagrada y laicos, y las negligencias en el cuidado y respeto del templo”. El acto penitencial prosiguió con el arrepentimiento “por las faltas de docilidad y comunión con el Santo Padre y el Colegio de los sucesores de los Apóstoles; por los pecados contra la unidad y la comunión en la Iglesia, por las críticas destructivas, intencionadas o inconscientes y superficiales”.

En las intenciones se unieron “todas las opresiones, injusticias, violencia que atentan contra la libertad y los derechos del hombre en el plano político, social, laboral y familiar”, así como “las inmoralidades y corrupciones que condicionan y empujan al individuo a una degradación moral o física, disuelven los vínculos familiares y desenfocan los verdaderos valores de la vida”. También se ha perdón “por los escándalos y por los abusos a las personas vulnerables”.

En la celebración –en la que han concelebrado el arzobispo emérito, Braulio Rodríguez Plaza, el obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio Castro, y más de un centenar de sacerdotes–, se ha hecho una colecta por los damnificados por la erupción del volcán en la isla de La Palma. En la homilía, Francisco Cerro, ha reclamado que “hemos de evitar todo aquello que, por nuestras acciones u omisiones, las dificulte o impida”, destacó por ello “la importancia de la participación, lo que supone la llamada a que todos nos sintamos implicados en este proceso”. Al final de la eucaristía se depositaron unas velas representando a las diferentes parroquias ante un icono de la Virgen María.

Granada

El arzobispo de Granada, Javier Martínez, pronunció la homilía durante la Eucaristía en la catedral que abría la fase diocesana del Sínodo. “Tenemos que empezar con decisión y con ánimo y con muchas ganas de esa renovación que nos puede traer la conciencia de lo que significa la palabra ‘sínodo’ y de lo que lleva consigo”, dijo, para luego recordar que se trata de “una palabra profundamente cristiana”.

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