El ‘mea culpa’ del abad de Poblet: “Debemos reconocernos hoy avergonzados y arrepentidos porque la duda planea sobre nosotros”

  • Octavi Vilà confirma en misa su colaboración con la justicia civil y la apertura de un expediente vaticano para aclarar las acusaciones a un monje de tocamiento a una menor
  • Más allá de la inocencia o la culpabilidad, el superior cisterciense lamenta haber sido “piedra de escándalo para los creyentes y para los no creyentes”

“Nos sentimos como comunidad profundamente avergonzados, porqué la sombra de la duda planea sobre lo que pudiera haber ocurrido en esta iglesia hace pocos días”. Con estas palabras prácticamente arrancaba la homilía de la misa dominical hoy el abad de Poblet, Octavi Vilà, que convirtió en un ‘mea culpa’ constante, de principio a fin, repitiendo una y otra vez cómo toda la comunidad cisterciense “debemos reconocernos hoy avergonzados, doloridos y arrepentidos porque la duda planea sobre nosotros”.



El monje afrontaba sin circunloquios la acusación, detención y posterior puesta en libertad con cargos de un hermano de su comunidad, acusado de tocamientos a una menor en público y en presencia de sus padres el pasado 15 de agosto.

Por acción u omisión

Si un hermano de comunidad comete una falta, cuando peca, en cierto modo se puede decir que peca toda la comunidad sea por acción o por omisión y el superior tiene que ser el primero en asumirlo y detrás de él cada hermano”, exponía ante los fieles presentes en la eucaristía, insistiendo una vez más en que “nos sentimos profundamente avergonzados porque hemos sido, cuando menos, piedra de escándalo para los creyentes y para los no creyentes, cuando tendríamos que ser siempre mensajeros de paz y generadores de serenidad en todo momento”.

“Cuando se escandaliza no vale invocar circunstancias, momentos o condiciones; porque el mal del escándalo no sabe de estas cosas”, subrayó en relación a cómo se produjo el suceso. Y es que, el cisterciense involucrado se encontraba en la explanada de la abadía charlando con una familia cuando se dispuso a bromear y hacer cosquillas a la hija del matrimonio, de cinco años.

Máximo interés

En ese momento, un turista alemán captó con su cámara una instantánea en la que, al parecer, se podría interpretar algún tipo de abuso. Tras esto, el ciudadano germano decidió presentar una denuncia, mientras los padres de la menor, presentes en todo momento y habituales del monasterio han decidido mantenerse al margen y apoyar al monje y a la comunidad.

En este sentido, compartió que “tenemos el máximo interés en que la justicia aclare los hechos y poder así llegar a la verdad que nos pueda hacer libres”. El abad detalló además que “con una única voz esta comunidad hemos manifestado con claridad y rotundidad la apertura inmediata de la investigación previa prevista en estos casos por el Derecho Canónico y la total colaboración con las autoridades policiales y judiciales para aclarar los hechos y depurar las responsabilidades que se pudieran derivar”.

Conciencia de pecado

Aún así, el abad Octavi Vilà expuso en la homilía de esta mañana que “hemos escandalizado antes que a nadie a quién observó un hecho, que, de ser cierto, nunca se tendría que haber producido”. “Pecamos de pensamiento, palabra, obra y omisión y es de nuestro corazón, como nos ha dicho Jesús en el Evangelio”, añadió a continuación.

Es más, planteó que “nos sentimos como comunidad intensamente doloridos, porque quizás hemos hecho daño a una inocente, porque quizás hemos hecho daño a una familia, porque quizás hemos hecho daño a toda la Iglesia y a mucha otra gente”. Desde ahí, comentó que “nos sentimos como comunidad humildemente arrepentidos por lo que hayamos podido hacer mal”.

Sin cheque en blanco

Al hilo de estas reflexiones, comentó que “la misericordia del Señor es inmensa pero no es nunca un cheque en blanco”. Al hilo del Evangelio del día, recordó cómo “vivimos en una sociedad de la imagen y corremos el riesgo de ser de aquellos que son tan solo espectadores, viviendo un nuevo fariseísmo, aquellos que se creen justos sin mirar al fondo de su corazón”.

Al concluir su intervención, Vilà confió en que “la verdad al final saldrá a la luz y es esto lo que nos interesa a todos, esto es lo verdaderamente importante. Hasta entonces todo serán sombras, dudas y especulaciones más o menos malintencionadas o bienintencionadas”.

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