Samantha Gilabert fue una de las concursantes más queridas, y a la vez más polémicas, de Operación Triunfo 2020. Una vez finalizada la edición más complicada de toda la historia por culpa del COVID, la cantante cuenta ya con dos trabajos: ‘Nada’, su primer disco en solitario y el poemario ‘Mi refugio’, editado por Bruguera.
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PREGUNTA.- Solo unos meses después de sacar su primer disco publica este poemario, ¿cómo se gestó?
RESPUESTA.- Son reflexiones y versos que se gestaron dentro de la Academia de OT, durante la cuarentena, en el verano y en mi posterior llegada a Madrid. No releo mucho, lo confieso. Soy de esos poetas que funcionan por impulso al 100%. Luego lo releo y digo: “¿Qué he escrito?”. Pero no lo toco.
P.- En el libro habla de dos ‘yoes’, ¿cómo conviven?
R.- La verdad es que se llevan muy bien y he aprendido, no solo a llevarlo, sino a propiciar ese buen trato.
Pedir ayuda
P.- Hay temas de amor, desamor, ansiedad, dudas, debilidades y miedos, muchos miedos… ¿Todo se soluciona mitad con terapia y mitad escribiendo?
R.- Pues sí. Ambas acciones me sirven. Además, quiero normalizar el hecho de acudir a terapia, de pedir ayuda si se tiene vértigo, ataques de ansiedad… Gran parte de la población vive así y no se lo cuenta ni a su entorno inmediato por miedo o por no ser comprendido. Pues miren: sí. Se pude contar y pedir ayuda especializada es necesario.
P.- ¿Qué le diría a la gente que padece esos terrores y se ponen una careta?
R.- Que luego pasa factura. Yo también he creído ser incomprendida. Miraba alrededor y decía: “¿Por qué a mí y no a otros?”. Pero son etapas. Ser capaz de pedir ayuda es muy importante y no es una señal de debilidad. Si me apuras, lo es de inteligencia. (…)
P.- Con todo el dolor vivido y sufrido, ¿es una persona espiritual?
R.- Sí. Además todo artista tiene un punto de conexión con la trascendencia… y ganas de desvincularte de lo terrenal hacia un punto de fuga lejano.
