El llamado de la CLAR a los consagrados: “Que ningún privilegio paralice nuestra vocación misionera”

Con motivo de la 25ª Jornada Mundial de la Vida Consagrada han pedido vivir con mayor radicalidad evangélica

La Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR),  con ocasión de la 25ª Jornada Mundial de la Vida Consagrada este 2 de febrero, han pedido a todos sus hermanos y hermanas en el continente que “ningún privilegio paralice nuestra vocación misionera, que ninguna impotencia justifique nuestra llamada a darnos, que ningún temor le mengue alas al Espíritu”.



“Quedémonos donde forcejea la vida para surgir desde lo pequeño y más olvidado, donde hay niñas y niños maltratados, abusados y jóvenes desorientados y sin oportunidades, ancianas y ancianos condenados a la soledad y al olvido, madres abandonadas, familias sin fuerza para levantarse, comunidades golpeadas por las desigualdades e injusticias”, han indicado.

Auténtico Evangelio

Han puesto de ejemplo un caso particular: “Previo a la transmisión simultánea de la Asamblea Eclesial, los representantes de la Iglesia se presentaban vía zoom (…) De pronto, una voz desde la frontera entre México y Estados Unidos, dijo: «Soy la hermana Dolores Palencia y creo que no podré acompañarles todo el tiempo en la celebración, porque acaba de llegar un tren cargado con 160 migrantes centroamericanos y debo ir a acogerlos»”.

Sin duda “esta voz, la voz de una de las nuestras, nos sonó a auténtico Evangelio. Ella se constituyó en el contexto, en la tierra en la cual la Iglesia del Continente quiere sembrar su Sí renovado”.

“Justo a esa hora, en el preciso momento en el que nuestras palabras se hilaban recordando la llamada a ser Pueblo de Dios, lejos de toda exclusividad, gueto o elite; justo en el momento en que nos recordábamos unos a otros la necesidad de ser un permanente plural”, han dicho.

Compromisos necesarios

Además han exhortado a los religiosos y religiosas a no abandonar las escuelas: “Quedémonos junto a tantas niñas y niños, jóvenes; maestras y padres de familia, hagamos posible la lección que concientiza, que abre los ojos, que acerca el futuro”.

“No tengamos miedo al contagio, sigamos ahí, acompañando al enfermo, visitando al que sufre, curando las heridas que deja la guerra, proponiendo alternativas de salud y curación. No abandonemos los predios de la ternura que restaura y dignifica, de la bondad en la que se gesta lo más puro y permanente”, han expresado.

También han llamado a asumir el compromiso en la gestión de políticas públicas, por tanto “participemos, propongamos, vigilemos aquello que debe ser común, para que no termine como riqueza que se amontona en manos particulares. Defendamos la democracia, la libertad de expresión y de conciencia, los derechos humanos. Y hagamos nuestra morada en las fronteras”.

Foto: CLAR

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