La Conferencia Episcopal de Zambia ha hecho público un comunicado en el que lamenta el reciente asesinato de dos manifestantes que protestaban ante la sede de la policía en la capital, Lusaka, condenando “con la mayor firmeza posible”la desproporción de unos agentes “que actuaron en contra de su mandato fundamental de salvaguardar la vida de los zambianos, independientemente de su afiliación política, social, cultural y religiosa”.
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Y es que, sin más, los policías de Lusaka “dispararon contra personas desarmadas que se unieron para mostrar solidaridad con el líder opositor al frente del Partido de Desarrollo Nacional Unido (UPND), Hakainde Hichilema”.
Investigación urgente
Por ello, se exige al Gobierno “que se eleve por encima de la política partidista y asegure el inicio urgente de una investigación detallada para determinar la cadena de mando que autorizó el uso excesivo de la fuerza y poner frente a la Justicia a los responsables del tiroteo”.
En el mensaje, firmado por el presidente del Episcopado, George Lungu, y difundido por Fides, los prelados son claros a la hora de expresar su “preocupación” y disgusto, que va mucho más allá de este último episodio: “Quienes tienen la responsabilidad de proteger y defender los derechos de las personas son precisamente las personas que, en cambio, cometen abusos, violan la ley y siembran peligrosamente las semillas de la división”.
Profesionalidad e independencia
Para ello, los obispos creen que las autoridades “deben asegurarse de que dentro de las filas de la policía haya un alto nivel de profesionalidad, lo que incluye determinar el tipo de fuerza que se utilizará contra ciudadanos desarmados y pacíficos, y deben asegurarse de que la policía cumpla con sus funciones de manera que no se vea afectada por injerencias políticas indebidas”.
