Los obispos españoles proponen al Gobierno un área de valores morales y creencias para todos los alumnos

Los obispos quieren que todos los alumnos españoles estudien moral. Es la propuesta que la Conferencia Episcopal Española ha lanzado al Ministerio de Educación, con la vista puesta en la reforma que tienen en marcha. Así lo manifestaron esta mañana en rueda de prensa tanto el secretario general de los obispos, Luis Argüello, como el presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, Alfonso Carrasco Rouco.



“Nos parece necesario que exista un área educativa referente a valores morales y creencias, a toda esta dimensión de humanidad que se articule luego en asignaturas”, expresó Carrasco Rouco, que también es obispo de Lugo. “Desearíamos que tanto PP, PSOE como otros partidos políticos de nuestro país pudieran abrir caminos de consenso”, añadió.

De la naturaleza a la justicia

Así, desde este planteamiento se incluirían unas competencias y contenidos mínimos comunes vinculados a la relación con la naturaleza, la justicia, la interioridad y espiritualidad de la persona, la relación con el necesitado, los valores constitucionales, la igualdad del hombre y la mujer… Eso sí, no se especifica cómo se traduciría en cursos y asignaturas, pero sí se perfila que no habría un “único formato universal”, sino que se abrían vías confesionales y no confesionales para impartirlo.

Esta propuesta fue presentada el pasado mes de julio en la reunión que mantuvieron con la ministra Isabel Celaá. Aunque hasta el momento no se ha dado una respuesta formal desde Moncloa, Carrasco Rouco desveló que a través de algún “diálogo informal” han recibido “algún eco” en el que “apreciaban positivamente la propuesta”.

Enmiendas a la ley

Esta misma semana, Argüello asistía a una reunión con Moncloa en la que se abordaron cuestiones patrimoniales y jurídicas, pero en la que confiesa que “también hemos recordado esta cuestión puesto que estamos en un plazo de enmiendas en el Congreso” en torno a la reforma educativa. En este sentido, deseó que “se encuentre en la ley la posibilidad de abrir este camino”.

“La ley prevé la existencia de ámbitos y áreas”, comentó, toda vez que expresó su preocupación de que la asignatura de religión se quede relegada en “una especie de gueto” o se presente como “un favor que hay que hacer porque así lo recogen los acuerdos Iglesia-Estado”. “Algunas de las enmiendas presentadas, van más en la línea de hacer una especie de gueto con una mirada residual sobre la enseñanza religiosa en la escuela”, advirtió el también obispo auxiliar de Valladolid.

Soluciones en el aula

Argüello también confirmó que algunos profesores y alumnos han tenido algunos problemas para hacer efectivo la enseñanza de la religión en el arranque del curso porque impartirla implica romper los grupos burbuja y tener que moverse de aula. Sin embargo, negó que fuera una constante: “En la mayor parte de los centros se están encontrando soluciones para desarrollar bien la asignatura con las dificultades que se están viviendo por la pandemia”. Por ello, agradeció “el esfuerzo de equipos directivos, profesores, familias y a los alumnos”.

A partir de ahí, expresó su deseo de que “la visita del presidente del Gobierno al Papa pudiera ser una buena oportunidad para acoger la llamada al Pacto Educativo Global que seguramente le hará”. Desde ahí confía en que se traduzca “en una concreción de la propia vida española”.

Espacios de diálogo

En relación al borrador presentado por la Conferencia Episcopal a Celaá para generar “espacios de diálogo”, Carrasco Rouco negó la posibilidad de que desaparezca como tal la asignatura de Religión Católica: “No pensamos diluir la asignatura dentro de otra de valores genéricos, creemos que hay que reconocer la entidad concreta”. Aun así, el obispo de Lugo insistió que “no hemos hecho una propuesta articulada sobre todo este horizonte de competencias”. “No hemos presentado una propuesta de una asignatura concreta ni cosa que se le parezca”, aclaró sobre lo que califica como “una propuesta muy sencilla y no muy elaborada”.

De la misma manera, apreció que el planteamiento lanzado “no excluye una asignatura de valores cívicos”, así como “una vía para quienes se consideran no creyentes en nada”. Eso sí, Carrasco Rouco puntualizó que “no sería razonable” enseñar unos valores “determinados por el poder que en ese momento esté en el Gobierno”.

Frente a ello, los obispos sugieren “un currículum estable que permitiese la pluralidad de posiciones”. “No tener un ámbito de los valores morales sería un grave error”, subrayan, en tanto que “lo hacen así la mayoría de los países convencimos de la UE y de la UNESCO”.

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