“Que la Virgen del Pilar nos libre de esta pandemia”. Esta fue la petición que salió de boca esta mañana del administrador apostólica de Zaragoza, Vicente Jiménez, durante la eucaristía celebrada en la basílica de la patrona de la hispanidad.
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Ante la suspensión de la ofrenda floral y de los demás actos festivos de una de las advocaciones marianas de mayor arraigo en España, el hasta hace unos días arzobispo de la capital maña deseó que “podamos celebrar al año próximo con alegría inusitada y fervor extraordinario”.
Jiménez elogió ante los medios de comunicación cómo “el comportamiento de los fieles es de admirar y alabar y quiero felicitarles a quienes se han acercado durante la novena y durante todo el tiempo de pandemia también”.
Lágrimas y silencios
“Hoy la Virgen del Pilar nos va a contagiar de su amor”, deseó el prelado, que aprovechó la ocasión para hacer un llamamiento a la prudencia a los ‘hijos’ de la patrona: “Los hijos tienen que ser buenos, observar todas las normas y disposiciones sanitarias, de higiene, seguridad y la distancia física”.
El arzobispo emérito hizo suya la pesadumbre por no haber podía celebrar la ofrenda tradicional a la Virgen y recordó que “unas veces son con flores, otras con lágrimas, otras en los silencios, pero siempre se lleva el amor en el fondo del corazón”.
