“La realidad se ve mejor desde las periferias. Desde dentro tienes una visión endulzada y distorsionada, mientras que desde la periferia ves la realidad cruda y real, sin ninguna máscara”. Son palabras del papa Francisco en una entrevista concedida a Studia Moralia, la revista de la Academia Alfonsiana con motivo de la preparación del 150 aniversario de la proclamación de San Alfonso M. de Liguori, que se celebrará el 24 de marzo de 2021.
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“También me gustaría aclarar que cuando hablo de periferias”, continúa el Papa, “no me refiero solo a cosas malas”. De hecho, aclara que estas periferias es “lo que realmente vive la gente, las personas. La periferia es el trabajo, la cultura, el canto del pueblo”. Y es ahí donde la Iglesia está llamada a estar: “incluso un concierto de música que reúne a muchos jóvenes es una periferia, y todo esto no se puede ignorar”.
Ir a las afueras
“No me cansaré de repetirlo: hay que ir directo a las afueras”, subraya, “pero en un sentido práctico y real”. “Necesitamos abrirnos a un encuentro concreto con las periferias existenciales sin caer en la trampa de hacer reflexiones teóricas que nunca han encontrado realmente el drama y la belleza de la verdadera realidad”, dice. “Debemos abrirnos”.
Para ejemplificarlo, Francisco usa en la entrevista una imagen que ya utilizó en su discurso pre-cónclave: “en el Apocalipsis leemos que Jesús está a la puerta y llama ( Ap 3, 20). Está claro que llama para entrar y cenar con nosotros. Incluso hoy Jesús está a la puerta y llama, pero llama desde dentro de la Iglesia porque no le dejamos salir”. Y es precisamente en este “cierre de ideas y prejuicios donde se hallan las raíces de las que nacen las ideologías laxas o rigoristas”.
