En su segunda audiencia general en el patio del San Dámaso del Palacio Apostólico, el Papa advirtió este miércoles de los “intereses partidistas” que están surgiendo en medio de la pandemia, pues algunos aprovechan este momento para “fomentar divisiones” al buscar “ventajas económicas y políticas” o “generar y aumentar conflictos”.
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Ante esta situación, la respuesta de los cristianos debe basarse en el amor. Después de saludar a los fieles presentes, a quienes pidió que mantuvieran la distancia de seguridad, el Pontífice invitó a “amar a los enemigos”, lo que reconoció que no es nada fácil y consideró incluso “un arte” que se puede “aprender y mejorar”. “El amor verdadero, que nos hace fecundos y libres, es siempre expansivo e inclusivo”, destacó.
Políticos santos
La labor social y política, que resulta “decisiva” para afrontar cualquier tipo de crisis, es “una de las más altas expresiones de amor”. “Lamentablemente, la política a menudo no goza de buena fama, y sabemos el porqué”, dijo el Papa, invitando a no resignarse ante esta visión negativa pues no todos los políticos son malos y es incluso posible encontrar a muchos “santos” que ejercieron esa labor a lo largo de la historia. La “buena política”, que tiene como preocupación principal la persona y el bien común, es “necesaria” y puede hacerse posible con hechos concretos.
La pandemia ha mostrado que la salud es “un bien público” y no solo una cuestión individual, por lo que una sociedad sana es aquella que “cuida de la salud de todos”. Para ello debe “incluir a los más vulnerables y no descartarlos”. Francisco advirtió finalmente que “si las soluciones a la pandemia llevan la huella del egoísmo, ya sea de personas, empresas o naciones, quizá podamos salir del coronavirus, pero ciertamente no de la crisis humana y social que el virus ha resaltado y acentuado”.
