Nueva escapada papal del Vaticano para rezar ante la tumba de santa Mónica

Francisco ante la tumba de santa Mónica

Desde que empezara la pandemia del coronavirus, Francisco está recluido en el Vaticano, donde celebra sus eucaristías y actos sin casi fieles y del que apenas ha podido salir, salvo contadas excepciones. La última había sido el 5 de agosto, cuando acudió por sorpresa a la basílica de Santa María la Mayor de Roma, a la que acude en el regreso de cada viaje internacional para poner flores ante la Salus Populi Romani, la patrona romana.



Pues bien, ayer volvió a hacer una excepción y, también por sorpresa, visitó la basílica romana de san Agustín en Campo Marzio para rezar ante la tumba de la madre del santo de Hipona, santa Mónica, cuya festividad se celebraba.

Con la llegada de septiembre, Bergoglio, tan apegado al contacto con los fieles, verá al fin un rayo de luz cuando, desde el miércoles 2 de septiembre, después de medio año, los fieles vuelvan a las audiencias generales, que, por ahora, se celebrarán en el patio de San Dámaso, más recogido que la Plaza de San Pedro.

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