El arzobispo de Los Ángeles sale a la defensa de san Junípero Serra

Ante los actos vandálicos que han sufrido en Estados Unidos y España algunas estatuas del llamado ‘Apóstol de California’, san Junípero Serra, por parte de grupos activistas a favor de las causas indígenas, el arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), José H. Gómez, salió a la defensa del santo de origen español.



A través de una carta abierta, dirigida a los fieles con motivo de la fiesta de san Junípero Serra, que se celebra este 1 de julio, José H. Gómez dijo entender lo que está ocurriendo en torno a la figura del santo, pero no comparte los argumentos.

Incongruencias en el tiempo

“Está claro que quienes atacan el ‘buen nombre’ de san Junípero y vandalizan sus monumentos no conocen su verdadero carácter o el registro histórico real”, dijo el también presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, y denunció que los activistas han culpado a san Junípero de todos los crímenes cometidos contra los pueblos indígenas de California, cuando estos “ocurrieron mucho después de su muerte”.

En este sentido, recordó que fue el primer gobernador de California quien llamó a “una guerra de exterminio” contra los indios y a la Caballería de los Estados Unidos para que ayudara a llevar a cabo sus planes genocidas. “Eso fue en 1851. San Junípero murió en 1784”.

El verdadero san Junípero

José H. Gómez afirmó que el “Apóstol de California” luchó contra un sistema colonial donde los nativos eran considerados bárbaros y salvajes, y cuyo único valor era servir los apetitos del hombre blanco. “Para san Junípero, esta ideología colonial fue una blasfemia contra el Dios que creó y los redimió con la sangre más preciosa de su Hijo”.

Explicó que el santo español gastó su vida trabajando junto a los pueblos nativos, defendiendo su humanidad y protestando por los crímenes e indignidades cometidos contra ellos.

Dijo que de esto dan testimonio los pasajes desgarradores que se pueden leer en sus cartas, donde denuncia el abuso sexual diario de las mujeres indígenas por parte de los soldados coloniales.

San Junípero sentía un gran aprecio por los indígenas. “En sus cartas, describe su ‘gentileza y disposición pacífica’, celebra su creatividad y conocimiento; recuerda pequeños actos de amabilidad y generosidad, incluso el dulce sonido de sus voces mientras cantaban”.

No era conquistador, sino hermano

El arzobispo de Los Ángeles destacó el esfuerzo del santo por aprender los idiomas y costumbres antiguas de los indígenas.

“San Junípero no vino a conquistar, llegó a ser hermano. ‘Todos hemos venido aquí y nos quedamos aquí con el único propósito de su bienestar y salvación’, escribió una vez. ‘Y creo que todos se dan cuenta de que los amamos’”.

Por ello, lamentó que a san Junípero se le quiera comparar ahora con Adolf Hitler, y sus misiones con los campos de concentración. “Ningún historiador serio aceptaría esto, y no debemos permitir que estas difamaciones se hagan en argumentos públicos sobre nuestro gran santo”.

“Los estudiosos serios concluyen que san Junípero mismo era un hombre gentil y que no hubo abusos físicos ni conversiones forzadas mientras era presidente del sistema de misiones. San Junípero no impuso el cristianismo, lo propuso”, concluyó.

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