Argentina: preocupación por la violencia de género durante la cuarentena por coronavirus

La Comisión Nacional de Justicia y Paz, a través del equipo de justicia, género e inclusión, manifestó su preocupación por los desafíos que plantea la pandemia. Expresan que si bien el aislamiento social puede en un buen contexto reforzar los vínculos familiares, implica también un riesgo para las mujeres y familias que viven en un ambiente hostil.



Recuerdan que la mitad de los femicidios lo producen las parejas o exparejas, en el hogar propio o en el que compartían con el agresor. Este encierro, junto a otros efectos de la cuarentena, imposibilita el acceso a consultas, denuncias y contención por parte de las víctimas. El hogar no es seguro si hay antecedentes de violencia.

Distintas fuentes avalan estos números. Desde el inicio de la cuarentena, el viernes 20 de mayo, se registraron 55 femicidios en el país. El 84% de los femicidios ocurrió dentro de una vivienda y el 68% de ellos fueron cometidos por las parejas o ex parejas de las víctimas.

Aportes para acompañar estas situaciones

Este equipo de ayuda sugiere algunas recomendaciones:

  • Si una persona percibe un riesgo para ella o su familia, debe solicitar ayuda. Cualquiera sea su modo de violencia sobre su persona o sobre su entorno, conviene consultar a las líneas gratuitas habilitadas para colaborar con estas problemáticas: Líneas 144 para todo el país; 137 en la ciudad de Buenos aires; la línea 911 para emergencias u ONGs que ofrecen asistencia específica.
  • Si la situación se agrava, conviene tomar distancia. Es necesario que, tanto víctima como familiares que dependan de ella, abandonen el foco de riesgo para preservar su integridad personal y protegerse. Hay que tener presente que la salida de la casa, en estas circunstancias, no constituye una violación del aislamiento impuesto.
  • Ante la gravedad de las situaciones personales y familiares, hay que estar atentos para cuidar a quienes están expuestos. Por eso, se recomienda activar las redes solidarias y comunitarias. Si el entorno percibe síntomas o signos de aislamiento de mujeres que están en riesgo, pueden, con mucha discreción, ofrecer la ayuda pertinente o hacer saber a las autoridades u organismos especializados. Es probable que la víctima puede no estar en condiciones o no poder ayudarse a sí misma.

Este equipo apela a la conciencia social de las comunidades para que ninguna mujer se sienta aislada y/o sola en situaciones de riesgo de violencia doméstica.

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