Reig Plá, en la misa por las víctimas del Covid-19 que Hazte Oír reivindicó como funeral: “España debe volver al Evangelio”

La homilía del obispo de Alcalá de Henares en la misa de hoy, 3 de mayo, celebrada en memoria de los fallecidos en España por el Covid-19, comenzaba con la lectura de una carta que esta misma semana recibía Juan Antonio Reig Plá de parte de las Oblatas de Cristo Sacerdote. En ella, se relataba el fallecimiento, en soledad, de la madre María Pilar “en dolorosas circunstancias” porque además las religiosas no pudieron acompañarla ni asistir a su entierro.



La Diócesis anunciaba hace unos días la celebración de esta eucaristía presidida por su obispo, pero, en seguida Hazte Oír procuró apropiarse de la iniciativa –que definieron como “el funeral más grande de España”– creando su propio enlace para seguir la celebración a través de streaming. A través de su plataforma de comunicación, Actuall, Hazte Oír explicaba que “la iniciativa corre a cargo de Carlos Perreau de Pinninck”, un “ciudadano” que pensó en este homenaje a las víctimas y que “ha recibido la acogida del obispo de Alcalá de Henares”.

Con esta misa –en la que han participado en directo más de 18.000 personas en el canal de YouTube de la Diócesis de Alcalá y más de 40.000 en el de Hazte Oír– “hemos sido convocados para rezar por todos los difuntos en España y otros lugares como consecuencia de esta pandemia”, recordaba el prelado. Muchos de ellos, en las mismas condiciones que la religiosa, fallecidos en soledad. “El Señor no se complace en la muerte de nadie”, ha recordado el obispo, “la muerte ha entrado en el mundo por el pecado, pero Cristo ha venido para que tengamos vida y vida abundante”.

Los efectos de la pandemia

En la misa se ha recordado, sobre todo, el “sufrimiento de tantas personas y familias que no han podido despedir” a sus seres queridos. “Son temas tremendos que nos tienen que cuestionar profundamente. Enterrar a los muertos es un signo de civilización. Acompañarles es un criterio de humanidad”, ha subrayado Reig Plá.

“Ante esta situación penosa y oscura que estamos viviendo en España con la pandemia, hemos de agradecer el legado de la tradición católica de nuestro pueblo”, ha apuntado, ya que “el único que tiene palabras de vida eterna es Jesucristo”. El obispo ha afirmado que “la pandemia ha desenmascarado el individualismo promovido por la cultura dominante”.

Sin embargo, hoy “todos somos conscientes de la interdependencia de los unos con los otros, y que no se puede prescindir de los vínculos naturales que nos identifican: el matrimonio, la familia, el vínculo con Dios y el amor a la tierra de nuestros padres”.

Respeto a la vida y promover la libertad de educación

Además, para Reig Plá esta crisis “ha puesto en evidencia la fragilidad humana”, y que por encima del “gusto de las cosas y el bienestar están los bienes morales”. Por eso, para “afrontar con lucidez el sufrimiento, hemos de recuperar la trascendencia de la vida”. Para ello, el obispo ha reivindicado que no se “oculte la muerte” y que, “con las medidas sanitarias oportunas”, se promueva “el acompañamiento a los enfermos y difuntos”.

“La soberbia del llamado occidente que, desde el olvido de Dios, ha basado la seguridad en sí mismo desde en la ciencia y la tecnología, también se ha visto golpeada por la situación no prevista de la pandemia”, ha subrayado el prelado. “Ello, en vez de revolvernos contra Dios, nos llama a la conversión”, y, por eso, “España necesita volver a las aguas limpias del Evangelio”.

“Ahora que se nos invita eufemísticamente a una nueva normalidad y a la reconstrucción de España”, ha aseverado, “es bueno que volvamos el corazón a Dios”, ya que, “sobre la roca que es Cristo, se puede poner en pie España, en base a la auténtica libertad”. Una libertad que, para Reig Plá, consiste en el “respeto a toda vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural; la libertad para la educación de la persona, sin ningún tipo de reduccionismo antropológico; recuperar la centralidad de la persona en el mundo del trabajo y favorecer el deber y el derecho al trabajo; el reconocimiento de la familia como sujeto social y sociedad soberana; y procurar el cuidado de los débiles, vulnerables y empobrecidos”.

Además, ha reclamado que se promueva el “respeto exquisito de la libertad religiosa y de culto, cuidando esmeradamente los derechos y deberes de la conciencia moral, el ejercicio de la caridad política y el ejercicio del bien común”. “Honraremos así a nuestros hermanos difuntos, haciéndoles saber que su esfuerzo por levantar España no fue en vano”, ha subrayado. Además, el obispo ha pedido a la Virgen “que asista a los políticos y ampare a los que trabajan en el campo de la salud, a todos los que nos protegen y cuidan”.

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