La teoría del sacerdote Antonio Domenech para volver a misa: “El coronavirus solo se contagia si te metes los dedos en la boca”

Fue el papa Francisco el primero en dar ejemplo con sus misas retransmitidas desde Santa Marta. O con sus intervenciones desde la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano. Después las distintas diócesis comenzaban a animar a sus parroquias a seguir celebrando la misa online, e incluso la Semana Santa ha estado llena de iniciativas para vivirla de una manera diferente. El Covid-19 ha cambiado muchas cosas. Eso sí, temporalmente.



Sin embargo, hay algunas voces que se alzan dentro de la propia Iglesia para reclamar que se abran los templos y se comiencen a celebrar misas. Voces como la del sacerdote de Cuenca Antonio Domenech, quien, a través de un vídeo, ha animado a curas y laicos a salir de casa. Porque, para él, si “están saliendo albañiles, médicos, enfermeras… Podemos trabajar”.

“Coge una mascarilla, coge alcohol y sal a visitar enfermos, a llevar la comunión o a tocar los timbres para que sepan que estás. Pero haz algo. Porque el que nada no se ahoga, pero ahora nadar no podemos”, dice Domenech, que además dirige sus palabras también a los fieles, instando a que busquen una “iglesia abierta” o, incluso, a llamar “al obispo” para pedir que las abran. Realmente, las parroquias no se han cerrado, sino que se han limitado los actos grupales de culto, pero los fieles siguen pudiendo acudir a orar de forma individual.

“Allanamientos de morada y abuso de autoridad”

“No sé cómo está la situación fuera”, reconoce el sacerdote. “Aquí, en Cuenca, nos han mandado a que tengamos las iglesias abiertas. Ha sido una maravilla, un regalo del obispo”. Y aunque asegura que no juzga a nadie, subraya que “no debemos dejar invadir por el miedo también lo divino. Que bastante miedo tenemos con el cuerpo, la enfermedad, la muerte y el cementerio”.

“Pero si el alma”, continúa, “los sacramentos y los dones divinos también los invadimos de miedo, entonces el demonio habrá ganado la partida, porque ese miedo lo tendremos siempre ya”. Para Domenech, hoy la ‘excusa’ es el coronavirus, pero “mañana será por la lluvia, y el otro día por lo que dirá la vecina y más allá por lo que digan las autoridades cuando nos lo prohíban como está haciendo la policía con allanamientos de morada y abuso de autoridad”.

“Como le digo a mi sobrino, el miedo es nuestro, no está por ahí corriendo”, dice el sacerdote, “igual que el virus, no está por ahí sino en unos puntos concretos, en unas personas y en otras, y se transmite si te metes los dedos en la boca, si no no”. “Otra cosa es que estés completamente en contacto con los enfermos, como están los profesionales”, añade, argumentando que tampoco comprende “por qué les permitimos a los profesionales de la salud estar, y con los profesionales de la salud del alma montamos un problema”.

“Nos robarán la fe”

Domenech también anima a los cristianos a “hacer algo”, ya que, si no, “cuando la persecución en vez de venir por una enfermedad, venga por el anticlericalismo, y el anti-Cristo y el anti-Dios de los que no lo soportan, nos vamos a quedar igual, en casa, mirándonos los unos a los otros y diciendo, ‘qué mala suerte, qué difícil es'”.

El sacerdote sabe que “no somos intocables” y, por ello, cree que hay que usar “las medidas necesarias” de seguridad. Pero sigue apoyando que se pueda celebrar la eucaristía. “Cubriéndonos como nos tenemos que cubrir, con las medidas que han dicho de distancia, con las prescripciones necesarias de aforo, orden, limpieza…”, subraya. “Creo que los cristianos del mundo, sobre todo de países de tradición católica como es Perú, como es España, nos tenemos que poner manos a la obra”, asevera, porque, si no “nos  robarán la fe. Pero nos la habremos dejado quitar. No les va a hacer falta la violencia”.

Así, el cura pide a los obispos que “abran los templos” y a los fieles y sacerdotes que hagan “algo más”. “Déjennos celebrar misa como dice el artículo 11 del estado de alarma. Porque hemos puesto más prescripciones nosotros que el Gobierno”, añade, asegurando que la eucaristía que celebraría a continuación la ofrecería porque “en España se pueda volver a celebrar misa sin que parezca que estamos haciendo un delito contra la autoridad. Como si el virus solamente fuera católico y solo estuviera en la iglesia”.

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