Omella pone la Iglesia al servicio contra el coronavirus: “No dejéis de pedirnos ayuda”

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El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, cierra filas con el Gobierno y la Generalitat tras decretarse el estado de alarma en España. Lo hace a través de una carta en la que tiene palabras para todos los colectivos sociales, reconoce en el “enorme esfuerzo por atender esta emergencia” y consciente de que se trata de “decisiones impopulares” por “el bien común de todos los ciudadanos”.



En una misiva dirigida a toda la diócesis de Barcelona, el cardenal llama a toda la comunidad católica a respetar las restricciones, acrecentar su oración y, en la medida de lo posible, a  hacer un “gesto de buen samaritano atendiendo a los hermanos más necesitados, a nuestros vecinos de casa o de la escalera de nuestros bloques de vivienda” siguiendo “las indicaciones sanitarias exigidas para evitar el contagio”.  Así, Omella propone iniciativas sencillas como hacer la compra, llevar medicinas o realizar una llamada telefónica.

Con las personas de riesgo

Al pensar en las personas en situación de riesgo y vulnerabilidad, Omella empatiza con su situación de fragilidad y lanza un compromiso firme de servicio de la Iglesia: “No estáis solos, contáis con nuestra oración y con la cercanía atenta de todos los fieles. No dejéis de pedirnos ayuda”. 

El presidente de los obispos reitera que mientras dure la grave crisis sanitaria quedan suspendidas todas las misas y se dispensa el precepto dominical, remitiendo a la televisión y la radio. Eso sí, el arzobispo apunta que “sería deseable también que los templos estuvieran abiertos para que cualquier persona pudiera ir a rezar” siguiendo la petición hecha por el Papa.

Incertidumbre y miedo

Omella asemeja esta situación de “incertidumbre, preocupación, angustia y miedo” con la tormenta que padecieron los apóstoles en el lago Tiberiades. “Nos invaden esas preguntas que están en el ambiente, en el corazón de los ciudadanos: ¿Qué tenemos que hacer? ¿Estamos haciendo lo correcto? ¿Habría que tomar medidas más tajantes?”.

El purpurado agradece también la entrega de todo el personal que trabaja en los hospitales -desde médicos a personal de limpieza-. “Vosotros estáis regalando todo vuestro saber, vuestra energía y vuestro tiempo por atender a nuestros hermanos y hermanas enfermos”.

Testimonio de entereza

De la misma manera, el “gracias” de Omella se dirige a los contagiados por el virus “por su vuestro testimonio de entereza, gracias por vuestros detalles con las personas que os atienden y cuidan de vosotros”.

También agradece la paciencia a quienes están en cuarentena y les invita a no dejarse robar el tiempo únicamente por las tecnologías: “Dedicad tiempo para pensar, para repasar vuestra vida, para pensar hacia dónde y cómo quéreis orientar el resto de vuestras vidas”.

Impresionante entrega

De los sacerdotes, consagrados y agentes de pastoral reconoce “su impresionante entrega” en estos días y les insta a “estar disponibles en todo momento para acoger y atender a todos”. “Ayudadles a descubrir la presencia de Dios en medio de este desconcierto, del dolor ocasionado por la pandemia”, relata. En la carta también anuncia que en breve se facilitará una propuesta catequética a partir del evangelio dominical para “estar en comunión con toda la Iglesia”.

Incluso en su carta se dirige a los niños: “Os pido que ayudéis mucho a vuestros papás y mamás. Ellos necesitan de vuestra colaboración. La mejor manera es que seáis obedientes”. A las familias les pide promover “el diálogo profundo”, consciente de que “van a ser tiempos de roces y de pasar mucho tiempo juntos”.

Paciente y exigente labor

En un momento de la misiva, el arzobispo de Barcelona se detiene en los profesores de quienes valora su “paciente y exigente labor”, a la vez que les invita a aprovechar esta crisis para “promover los valores humanos, éticos y espirituales” de los alumnos.

El purpurado está convencido de que esta coyuntura es “una gran oportunidad para que todos, sacerdotes y laicos, nos convirtamos en agentes evangelizadores con nuestro testimonio de entrega, oración y amor”.

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