Obispos y religiosos de Paraguay, atentos a los desafíos ecológicos

  • Se reunieron bajo el lemaIluminados por la Palabra de Dios somos llamados a vivir la Sinodalidad’
  • La Ecología, la Casa común y la defensa de la vida fueron algunos de los temas abordados en la Asamblea

Cada dos años, los obispos y religiosos del Paraguay se reúnen para reflexionar sobre temas pastorales, eclesiales y sociales. En esta oportunidad, la convocatoria tuvo como sede la ciudad de Ipacaraí, los días 2 y 3 de marzo.



Esta Asamblea conjunta intentó llegar a un diagnóstico sobre la realidad ambiental y los desafíos ecológicos que se viven en el país. Los presentes evaluaron cómo encarar este presente. En ese sentido, mencionaron como itinerario, el trabajo conjunto y sinodal para plantear soluciones inteligentes y válidas.

Tanto el episcopado (CEP) como los religiosos (CONFERPAR) se apoyaron en distintos profesionales para enriquecer el debate. Con respecto al magisterio del Papa Francisco, se escucharon las reflexiones sobre la encíclica ‘Laudato si” y la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’, a cargo de un miembro del movimiento de Profesionales Católicos, José Ibarra, y el secretario ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), Mauricio López Oropeza.

En otro momento, el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, dio detalles de su vivencia del Sínodo, del cual fue redactor. Por su parte, la magíster María Antonella Cabral y su equipo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, hablaron sobre la ‘Economía de Francisco y ecología’.

“Compartimos y examinamos datos sobre el cambio climático y el calentamiento global, sobre la desenfrenada deforestación debida a la codicia de empresas trasnacionales de amplias áreas de nuestro país, sobre la contaminación de los ríos y arroyos, la necesidad de diversificar los cultivos para la preservación de la tierra y para impulsar una economía más sostenible“, expresaron en el documento final.

Desafíos y compromisos

La Asamblea cree necesario reducir la vulnerabilidad del ecosistema y la inequidad social; proteger y promover los derechos de las comunidades ancestrales. Solo será posible uniendo “voluntades e inteligencias en la misión de asegurar a las generaciones actuales y futuras un mundo más sano y una manera del buen vivir más responsable“.

Se comprometiero a promover la defensa de la vida y la ecología integral. “Como Iglesia queremos seguir impulsando la protección de la vida de todos en un ambiente saludable y en una fraternidad auténtica”. Proponen entonces, un diálogo con todos los sectores. Para ello, invitan a toda la sociedad a una conversión social, cultural, ecológica y eclesial.

Rechazan fervientemente toda forma de explotación de la Casa común, y piden a funcionarios, autoridades, empresas y ciudadanía “velar por el uso racional y sostenible de los recursos naturales y evitar todo tipo de soborno, defendiendo y velando por el cumplimiento irrestricto de las leyes medioambientales y por la protección de los Pueblos Indígenas”.

“Cuidemos a todos, los de hoy y los de mañana”, manifestaron los obispos y religiosos, quienes invocaron al Dios de la creación para que bendiga el deseo de cooperar para la realización de un país justo, fraterno, solidario e inclusivo.

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