Líderes religiosas en representación del cristianismo, el islam, el budismo, el hinduismo y el judaísmo firmaron este martes una declaración en Roma en la que se comprometieron a profundizar en los principios que plantea el significativo documento sobre la fraternidad humana que, el 4 de febrero de 2019, firmaron en Abu Dhabi el papa Francisco y Ahmad Al-Tayyeb, gran imán de Al-Azhar, principal autoridad doctrinal del islam suní.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo, representantes femeninas de diversas religiosas y embajadoras ante la Santa Sede de varios países participaron en este encuentro convocado por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) en colaboración con el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. El lema del seminario era: ‘Mujeres constructoras de fraternidad humana’.
“El tema de la fraternidad humana nos compete como mujeres y líderes de diversas religiones y tradiciones de fe”, explicó María Lía Zerbino, presidenta de la UMOFC, una institución que aglutina a diversas organizaciones que trabajan en la promoción de la mujer y su desarrollo integral tanto en la Iglesia como en la sociedad. “Hemos logrado hacer ya un camino en común, un discernimiento colaborativo, y queremos seguir adelante respetando nuestras diferencias y empeñándonos juntas en llevar adelante una sociedad más inclusiva y fraterna y en la que se atienda especialmente a los descartados y más vulnerables”.
“Abrazo materno”
En su declaración final, las representantes de las diversas religiones consideran el documento sobre la fraternidad suscrito por el Papa y por Al-Tayyeb un “abrazo materno a la humanidad” y “un punto de partida para nuestro camino juntos”. Se comprometieron además a: “promover los valores espirituales, humanos y sociales, a menudo sofocados por el individualismo y el materialismo”; “proteger la institución familiar”; “hacer que las religiones no inciten nunca al odio ni justifiquen la violencia”; luchar contra “las nuevas formas de esclavitud”; y aportar “nuestra capacidad femenina” para proteger el medio ambiente.
