Vida consagrada de Colombia clausura su 59ª Asamblea General bajo la apuesta de la ‘sinodalidad’ en todos sus frentes

La 59ª Asamblea General Ordinaria de Superiores Mayores convocada por la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC) ha dejado muchos desafíos en la vida consagrada del país tras su cierre este 25 de enero. La apuesta al camino de la sinodalidad en todos sus frentes, especialmente en el cuidado de la Casa Común y la lucha contra todo tipo de abusos que siguen sobre la mesa, además de los escenarios en los que deben intermediar de cara a la construcción de la paz, el perdón y la reconciliación en un país donde el recrudecimiento del conflicto armado gana terreno.



La segunda jornada inició con una eucaristía presidida por el nuncio apostólico de Colombia, Luis Mariano Montemayor, quien ha invitado a los más de 200 participantes a seguir aunando esfuerzos por una verdadera conversión pastoral y ecológica.

Un sínodo para la escucha transformadora

Acto seguido, las disertaciones de la mañana estuvieron a cargo de la religiosa colombiana Gloria Liliana Franco, presidente de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), y de Joaquín Pinzón, obispo del vicariato de Puerto Leguízamo-Solano, quienes hicieron una presentación detallada de lo que significó el Sínodo para la Amazonía.

“¿Por qué un Sínodo? ¿Por qué se le ocurrió al papa Francisco? Cuando todos esperaban que empezara con los grandes temas como el la de reforma de la Iglesia, él ha dejado a todos perplejos, empezando por la curia romana, que no se lo esperaba y que les ha costado hacer que entre en la agenda de la Iglesia y esto se puede interpretar como una buena lectura de los signos de los tiempos y el papa es un gran maestro en cuanto a esto”, ha expresado el obispo de Puerto Leguízamo-Solano.

Para la presidente de la CLAR la experiencia del Sínodo fue fundamentalmente de escucha, “cuando uno verdaderamente escucha, uno se transforma, eso nos moviliza en nuestras ópticas, manera de situarnos. Escucharnos, escuchar al otro y al espíritu actuando ahí en nuestras diferencias, nos transforma”.

La religiosa aprovechó la ocasión para dar sus palabras de reconocimiento a la superiora de las lauritas, Inés Zambrano, quien también fue otra ‘madre sinodal’ muy activa y comprometida con los aportes desde su experiencia y carisma.

Bloque vespertino

La tarde estuvo a cargo del sacerdote Manuel Hernando Vega, director del departamento de ministerios ordenados y vida consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), para presentar un análisis de las vocaciones en el país. “En el año de 1.990 hubo una bonanza vocacional significativa, tuvimos 6.000 seminaristas en Colombia, en estadísticas del año pasado llegamos a apenas 3.600’’, acotó.

También el presbítero planteó la necesidad de trabajar en mancomunidad con la Conferencia de Religiosos en pos de articular acciones puntuales para acompañar a jóvenes en su vocación, especialmente en procesos que apunten a la calidad de la formación de sacerdotes y religiosos, por ello “sentimos una particular cercanía con la presidencia de religiosos, durante los años que he estado al frente siempre hemos garantizado los espacios de encuentro”, ha dicho.

La segunda parte de la jornada vespertina fue propicia para que la religiosa Gloria Corredor, presidente de la Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced), hiciera un balance de la gestión de esta instancia en los 3 últimos años y, además, ha presentado la investigación “La escuela católica que soñamos”.

Este trabajo ha sido desarrollado junto con la Fundación SM –casa matriz de Vida Nueva–  en 162 colegios, contando con la participaron 13.361 familias y 22.772 estudiantes en el país, para obtener indicadores de impacto de la educación católica en Colombia.

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