El Papa reza por las afectados del coronavirus de Wuhan y contra la indiferencia de quienes olvidan lo sucedido en Auschwitz

  • Niños de la Acción Católica de Roma han acompañado al Pontífice desde la ventana de su estudio
  • Ha agradecido las iniciativas organizadas en torno al Domingo de la Palabra de Dios

El Papa, durante el rezo del Ángelus/EFE

Los jóvenes de la Acción Católica de Roma han puesto la nota de color en el ángelus del 26 de enero, con la lectura de un manifiesto y la suelta de globos tras la oración mariana. La iniciativa ‘Caravana de la Paz’ compromete a los más pequeños en el compromiso por hacer realidad la paz en el mundo y han celebrado con el papa Francisco la conclusión del mes de la paz.



Una jornada que ha coincidido con el primer Domingo de la Palabra de Dios, “establecido para celebrar y acoger cada vez mejor el don que Dios ha dado y hace diariamente de su Palabra a su pueblo”, ha recordado el pontífice. Ha agradecido cuanto se ha organizado “para recordar la centralidad de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia”.

Liberación de Auschwitz y coronavirus

El papa Francisco, además de las atenciones con los niños y jóvenes de este movimiento laical, ha recordado que este lunes se cumple “el 75º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, símbolo de la Shoah”. Un recuerdo necesario contra la indiferencia que ha invitado el Papa a celebrar con “un momento de oración y recogimiento, diciendo en nuestros corazones: ¡nunca más!”.

También, en el Día Mundial de la Lepra, ha rezado por las enfermedades relacionadas y ha tenido un recuerdo por “las personas que están enfermas a causa del virus que se ha propagado en China”. “Que el Señor acoja a los muertos en su paz, reconforte a sus familias y apoye los grandes esfuerzos ya realizados para combatir la epidemia”, ha implorado.

Un mensaje para todos

En el comentario del evangelio, Francisco señaló que “con la venida de Jesús, luz del mundo, Dios Padre mostró a la humanidad su cercanía y amistad. Se nos dan libremente más allá de nuestros méritos”. Para el Papa, “la llamada a la conversión, que Jesús dirige a todos los hombres de buena voluntad, se comprende plenamente precisamente a la luz del acontecimiento de la manifestación del Hijo de Dios”.

Ahora bien, añadió el pontífice, “tantas veces es imposible cambiar la propia vida, abandonar el camino del egoísmo, del mal y del pecado porque el compromiso de conversión se centra sólo en uno mismo y en las propias fuerzas, y no en Cristo y su Espíritu”. Por ello, invitó a vivir “una apertura confiada de corazón y mente para recibir la Buena Nueva de Jesús. ¡Esto es lo que cambia el mundo y los corazones!”

Mensajeros de la Palabra

“Estamos llamados, por lo tanto, a confiar en la palabra de Cristo, a abrirnos a la misericordia del Padre y a dejarnos transformar por la gracia del Espíritu Santo”, sentenció Bergoglio, invitando a comenzar “un verdadero camino de conversión”.

A partir de la llamada a los primeros discípulos, Francisco describió la escena como un “encuentro sorprendente y decisivo con el que Jesús inició el camino de los discípulos, transformándolos en heraldos y testigos del amor de Dios por su pueblo”. Por ello, “a imitación de estos primeros anunciadores y mensajeros de la Palabra de Dios, que cada uno de nosotros dé pasos en las huellas del Salvador, para ofrecer esperanza a los que tienen sed de ella”, invitó.

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