Sí a la ordenación de hombres casados, como paso previo a la ordenación de mujeres. Con esta contundencia se manifestaba el pasado sábado el obispo alemán de Essen, Franz-Josef Overbeck, en una entrevista concedida al diario Westdeutsche Allgemeine Zeitung.
“Personalmente ya puedo imaginar a mujeres sacerdotisas”, expresaba el prelado, aunque considera que todavía la oposición en la Iglesia a esta propuesta es amplia. Así, está convencido de que un primer paso en esa dirección sería la ordenación de hombres casados. “Esto permitiría a algunos, encontrar su camino”, relató.
La vocación y el ADN
Overbeck ya se manifestó en relación a esta cuestión nada más terminar el Sínodo de la Amazonía: “¿Se puede vincular el acceso al sacerdocio por un cromosoma Y, estableciendo desde ahí la voluntad de Jesús? La mayoría de las personas ya no lo entienden y no lo cree. Yo estoy especialmente reflexivo en esta materia”, apuntaba.
Lo cierto es que el prelado ha reconocido que ha vivido un proceso de purificación en sus meditaciones sobre diferentes cuestiones eclesiales como la homosexualidad. Y es que, hace diez años, en un popular programa de televisión vinculó la homosexualidad al pecado y sostenía que “el amor realmente pleno solo existe entre el hombre y la mujer”. “No lo creo hoy”, defiende ahora.
“Debemos evolucionar moral y moralmente y traducir los problemas morales desde una vinculación ética. Todavía estamos al principio”, considera con la cuestión de los abusos sexuales como telón de fondo en la actual crisis que atraviesa la Iglesia alemana.
